Excelente trabajo de Efraim Khars para BESA Center sobre la Declaración Balfour y la acogida que tuvo entre los árabes, algunos de los cuales como el emir Faysal, representante legitimo del pueblo árabe, la apoyaba de lo cual dejo testimonio escrito ( y firmado) en el acuerdo que negoció con Weizmann, más concretamente en su artículo III.
El mito palestino se descubre como una inagotable mina de mentiras, medias verdades y manipulaciones que, por desgracia, han conseguido convencer (más bien engañar) a no pocos medios de comunicación, partidos políticos (mayormente de izquierda) y a no pocas personas, Efraim Karsh lo desenmascara:
“Han pasado 100 años desde la notoria Declaración Balfour, por la cual Gran Bretaña dio, sin ningún derecho, autoridad o consentimiento de nadie, la tierra de Palestina a otro pueblo. Esto allanó el camino para la Nakba del pueblo palestino y su despojo y desplazamiento de su tierra “.
Así lo afirmó Mahmoud Abbas en la reunión anual de la Asamblea General de la ONU en lo que constituye la acusación palestina estándar de la promesa del gobierno británico de noviembre de 1917 de facilitar “el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío” siempre que “no se haga nada puede perjudicar los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías existentes en Palestina “.
Es un reclamo emocionalmente apasionante, pero también es el inverso de la verdad. Por un lado, Gran Bretaña sí consultó a sus principales aliados de guerra, especialmente el presidente estadounidense Woodrow Wilson, antes de emitir la declaración, que fue respaldada rápidamente por la comunidad internacional contemporánea, incluidos los líderes del naciente movimiento panárabe, y aprobada por el Imperio Otomano. Por otro lado, no fue la Declaración Balfour lo que allanó el camino a la Nakba sino su rechazo por parte de la dirigencia árabe palestina extremista encabezada por el Mufti de Jerusalén Hajj Amin Husseini, en contra de los deseos de los árabes palestinos comunes que preferirían convivir con sus vecinos judíos. y aprovechar las oportunidades creadas por la empresa nacional judía en evolución. Si este liderazgo no hubiera ignorado los deseos de sus súbditos,”
Fuente: Besa Center
PD: El trabajo de Efraim Karsh puede leerse íntegro en PDF en este enlace