En unos días tendremos aquí una de las tiendas de moda más auténticas de Estados Unidos. Abercrombie & Fitch es una marca de ropa juvenil con un approach al cliente absolutamente distinto a todo lo que hayamos visto (y por supuesto a lo que hayamos visto en España).
Unas tiendas en las que no es fácil distinguir si nos atienden dependientes o modelos. Un lugar en el que independientemente de en qué lugar del mundo te encuentres, cuando pasas el marco de su puerta, el saludo que recibes al pasar es un: "hey, what's going on?" Una seña de identidad que no deja de ser otro de los muchos toques escéntricos, como la de que sus dependientes tengan un cuerpo de escándalo (independientemente del sexo), toda su tienda esté perfumada con su colonia, haya un juego de luces que solo ilumina algunas de sus prendas mientras música de discoteca anima las compras.
Eso y decidir que todas las tiendas que abren fuera de EE.UU sean propiedad de la marca para asegurar que los valores de la marca son transmitidos allá donde van. Exclusividad en ropa de lo más casual. Vaqueros, polos y sudaderas.... a precios altos y en los mejores emplazamientos de las ciudades en las que se encuentran. En Madrid han decidido acondicionar un palacete en pleno barrio de Salamanca y el otro día en la presentación de la marca pararon el tráfico al sacar a sus modelos a la calle.
Un tipo de tienda que por un motivo o por otro consigue que la gente haga cola en sus puertas. Bien es cierto que no han tenido una expansión internacional "masiva", y que posiblemente no sea la mejor época para abrir un sitio así en un lugar como en el que van a abrir (no quiero ni imaginarme el precio del local en cuestión), pero lo cierto es que en 2007 abrieron su última tienda en París y les está yendo muy bien, y auguro que en Madrid también tendrán éxito.
Porque como dice un amigo "dinero no habrá, pero pa' tontás'..." y el target de cliente de Abercrombie lo hay en la capital de España a raudales. Gente con ganas de sentirse distinguido, exclusivo, cool... a la última.
Valor de marca basándose en algo distinto a todo lo que podamos ver. La gente que compra sencillamente quiere parecerse a quién se la está vendiendo. Poco o nada tiene que ver con el lujo en sí mismo, pero sí con la exclusividad y la diferenciación como valor de marca. Personalmente tengo claro que me pasaré por la tienda cuando se pase un poco la fiebre de la inauguración. Desde luego para comprobar en primera persona lo que otros me han contado (Jorge), y no descarto compararme algo, aunque para los más fugillas, siempre podéis hacerlo en su tienda online.
Si queréis algo más de información publicada sobre el desembarco de Abercrombie en España, aquí tenéis algunos artículos de El País y el Mundo