San Cybar-Eparquio.
N. Sra. de Poitiers.
Fue un gran apóstol entre los prisioneros, a los que convertía y alcanzaba el perdón de los jueces, que no podían negarle nada, sabiendo de su caridad y santidad. Con los presos oraba, haciéndoles mejores personas, y a ellos dedicaba las limosnas que le daban. Entre los prisioneros pasaba sus horas, evangelizándoles y salvándoles. A algunos incluso libró del maligno, que les impulsaba a delinquir. A otros sanó del cuerpo a la par que del alma. Cuenta el Turolense que en una ocasión un hombre fue acusado a la horca por robo y asesinato. Cybar envió a un monje a interceder por el preso, como solía hacer, pero el juez respondió que era imposible dejarle libre, pues la masa se sublevaría. El monje regresó adonde el santo con la respuesta y Cybar le replicó: "Regresa y dile al juez que lo que él me niega, me lo concederá Dios", y al mismo tiempo le dijo que cuando el hombre fuera ahorcado, que le llevara al monasterio. El monje hizo lo que se le mandó, y mientras Cybar se puso en oración. Sucedió que en el momento de ahorcar al hombre, el mecanismo se rompió, la cuerda se partió y sus cadenas se soltaron. El monje tomó al hombre, desmayado por las torturas y lo llevó al monasterio. Esa tarde Cybar llamó al juez y le dijo: "No me escuchaste, pero Dios sí lo hizo. El hombre al que condenaste a muerte fue librado por el Dios que también le ha redimido". Y el juez quedó sorprendido al verle allí mismo con el hábito monástico. Y le concedió el perdón. Una versión de la leyenda dice que fue estando ya muerto San Cybar, que se habría aparecido a sus discípulos, que habían orado por el condenado.
Cybar murió sobre 581 y su tumba fue lugar de peregrinaciones populares durante siglos, hasta que fue profanada por los herejes hugonotes en el siglo XVI.
Fuente:
-"Vidas de los Santos". Volumen VII. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.
A 1 de julio además se celebra a
La Preciosísima Sangre de Cristo.
San Lunaire de Bretaña, abad.
San Simeón el Salo, monje.