Los abogados del exrepresentante de Britney
Spears, Sam Lutfi, retrataron hoy a la artista como una drogadicta
inestable en el inicio de un juicio que enfrenta al agente con los
padres y custodios legales de la cantante, a quienes reclama millones de
dólares por sus servicios.
Lutfi presentó una demanda en 2009 ante la Corte Superior del condado de
Los Ángeles para exigir las comisiones que considera que se le adeudan
por el tiempo que trabajó para Spears, un período en el que la
intérprete publicó su álbum "Blackout" (2007) y que incluyó un ingreso
en una planta psiquiátrica.
El abogado de Lutfi, Joseph Schleimer, fue el primero en exponer al
jurado sus argumentaciones, en las que describió a su cliente como un
hombre que intentó relanzar la carrera de la cantante y sacarla de las
drogas, aunque sin éxito.
"A ella le gustaba usar anfetaminas. La mayoría de las cosas que
salieron mal fue por esta droga", dijo Schleimer al tribunal, al que
explicó que esa sustancia fue también la razón por la que Spears se rapó
la cabeza.
Según el testimonio recogido por TMZ, el abogado indicó que "Britney
estaba preocupada de que un juez pudiera ordenar una prueba de drogas de
su cabello y que si daba positivo, perdería la custodia de sus hijos".
Tras una disputa pública con su exmarido, Kevin Federline, en enero de
2008 y en la que tuvo que intervenir la policía, Spears perdió
finalmente el control legal sobre sus hijos, fue detenida e ingresada en
un hospital por una crisis nerviosa.
Entre 2007 y 2008, Spears atravesó una etapa de comportamientos
erráticos que llevaron a un juez a inhabilitarla también para gestionar
su fortuna, una tarea que pasó a ser potestad de sus progenitores.
La madre de Spears, Lynne, publicó en 2008 el libro "Through the Storm: A
Real Story of Fame and Family in a Tabloid World" en el que retrata a
Lutfi como un manipulador amigo de los paparazzi.
Lutfi acusó a Lynne Spears de difamación y busca también una indemnización vía judicial.
Schleimer relató igualmente que Jamie Spears, el padre de la artista, agredió en una ocasión a su cliente.
Lutfi indicó que tenía un contrato con Spears por el que le correspondía un 15 por ciento de los ingresos de la cantante.
Britney Spears, cuya vida está bajo supervisión judicial desde sus
problemas de salud, fue eximida de comparecer y declarar en este juicio,
que continúa el viernes con la presentación del caso por parte de los
abogados de la defensa.