Revista Coaching

Abrazando las Sombras

Por Kheldar @KheldarArainai

Aunque esto no sea una competición con nadie, ni un enfrentamiento con ideas opuestas a las mías, hoy me siento más alto y más allá en comparación con personas que no pueden presentarse en público, escribir o vender productos y servicios sin mantener la pose de éxito, felicidad y triunfo. Escondiendo, por supuesto, todo lo que les duele o les preocupa realmente, y todas sus cagadas reales (que las de las historias catapulta nos las sabemos ya de memoria, oiga).

¿Quieres hablar con alguien que de verdad se desnude ante ti? Pues sigue leyendo.

El párrafo anterior está motivado por dos hechos, uno estúpido y uno trascendente. Que una persona venga y lea un post sobre el final de una relación importante para mí y lo que vivo y aprendo a causa de ello, y el único comentario que deje sea “primero leo esta mierda y luego veo que este blog tiene una página de productos y servicios”, es el hecho estúpido. No me imagino qué interés puede tener para nadie leer únicamente cuentos de hadas donde todo sale a pedir de Milhouse (haciendo un guiño a los Simpson).

El hecho interesante resulta ser todo lo experimentado desde esa separación y, como sincronía inesperada, que varios de mis compañeros en el Ars Amorata y en The Sexual Life estén pasando por situaciones similares. Tanto así que el nuevo curso que nos invitan a hacer a los Amorati de forma privada está más vinculado a expresarte auténtica y vulnerablemente… Algo que yo llamo abrazar las sombras.

Voy a hacer algo interesante para mí (y para ti si tienes curiosidad, por supuesto) en este texto, y abrazarlas yo mismo a la vez.

Ese curso que menciono tiene un programa de trece (13) semanas, igual que el que pasé en su día para unirme a las filas de los Amorati.

Presentaré cada uno de los temas para cada semana dando el título y su relación con lo que llevo hecho estos meses. Eso sí, ten en cuenta que NO he seguido este curso. Lo único que hago es dar una semejanza con mi propia situación y los aspectos que yo siento que me cuadran con el detalle elaborado por Zan y Jordan sobre el curso.

Antes de leer mi texto, deseo que te quede bien claro que no es algo que escriba para presumir ni para quedar bien delante de nadie. Se trata más bien de una idea sobre lo que es posible cuando integras y alineas tus sombras con tu luz.

Vamos con ello.

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1. Autenticidad

Desde el primer momento, cada persona que ya estaba en mi vida y otras que he ido conociendo y con quien me he reencontrado, sabe de mi situación. Y no de forma vaga y superficial, precisamente.

No soy la clase de persona que rechaza oportunidades… Y en estos meses me he visto haciéndolo, hasta que me he recordado a mí mismo que esa no es mi forma de ser. Así que me puse freno voluntariamente y volví a entrar en mi Ser habitual. De nuevo, las oportunidades que dejé pasar (en especial aquellas que no venían de personas que se ofendieron por mi rechazo) llamaron en manada a mi puerta. También he vuelto a localizar las que están ahí para quien sepa encontrarlas y tomarlas.

Una de esa última categoría que estoy muy contento de haber aprovechado es la de volver a hablar con cierta mujer (con quien hacía cerca de año y medio que no crucé palabra alguna, por nada en especial) en un tono y con una dinámica totalmente distintos.

Me dejé llevar por mi deseo y mi apreciación, por todas las cualidades que representa y lo que me inspira. Vibró con ello y me abrió las puertas de su propio caudal de sentimientos. Ambos sabemos la situación del otro y lo que hemos ido afrontando desde entonces.

Y ahí estamos… Fluyendo el uno hacia el otro. Afectándonos como la luna hace con las mareas. Hablamos de nosotros mismos y de nuestra intención de compartir momentos, sin aparentar ni engañar. Nos cuidamos incluso de las expectativas.

2. Vulnerabilidad

Cualquiera que haya hablado conmigo y me haya leído aquí o en Facebook en los últimos meses tiene tanta idea de lo que disfruto y me hace feliz como de aquello que me estuvo y me está jodiendo la existencia. No he tratado de esconder a nadie mis sentimientos de decepción, pérdida y dolor por una relación que ha sido (de momento) la más intensa y auténtica que he tenido.

No escondo tampoco mi etapa actual en la vida. Soy un estudiante cursando el final de mi carrera, si bien me quedan materias pendientes para un curso más. Lo tengo complicado para gozar de toda la independencia que quisiera… Y ni por esas me voy a dejar frenar.

Como resultado, mejor conexión con los demás. Y la generación de oportunidades como la que os he contado y otra que quiero compartir también.

3. Aventura

Aquí tanto los Amorati como los de TSL tienden a hablar de lo que quieren hacer con su vida y cómo quieren que sea. Y a invitar a los demás a compartir la aventura.

En este caso, me dí cuenta de que había dejado desatendida mi aventura por demasiado tiempo. Aunque sentarme a reflexionar y a experimentar con mis emociones ha sido necesario, iba tocando retomar.

Mi amigo Javier acababa de terminar un curso de formación en coaching y tenía pendiente hacer sus primeros procesos para completar la parte práctica, así que me ofreció un hueco. Salté como ello como un gato tras un ratón.

Por supuesto, retomar mi vida sentimental se puede considerar también un avance en este sentido. No sólo con personas que ya había en ella, sino que también con quien ha regresado y con quien encuentro de nuevas. Y aquí viene lo peliagudo: siempre en la medida en que todos deseamos participar.

Los peros y las prisas perturban más de lo que ayudan, salvo en casos muy concretos… Así que estoy intentando dejarlos (como si fueran mi tabaco particular).

4. Polaridad

En este aspecto, el curso de los Amorati se orienta a sentir claramente la polaridad de las energías masculinas y femeninas, a despertar ambas dentro de uno mismo y aprender a integrarlas y expresarlas. Su idea es realmente potente, y muy difícil de poner en práctica en otros entornos.

Todo lo que puedo decir al respecto es que una conversación conmigo en la que estemos realmente volcados puede pasar de las cinco horas. Puede tocar todos los temas que nos hacen saltar (para bien o para mal) sin perder la conexión ni el respeto. Puedes encontrarte pidiéndome cosquillas, un masaje u otra forma de contacto físico… O directamente dándomelo tú.

5. Tensión

Pregunto directamente por aquello que deseo de los demás. Puede ir desde cosas tan tontas como un chicle hasta cosas tan íntimas como pasar la noche juntos, ver amanecer y desayunar antes de echarnos a dormir… Con toda la gama intermedia, por supuesto.

Durante el curso, tengo entendido que se trabaja tu relación con la tensión y tu comodidad en esas situaciones. Parece mentira, pero cuanto más cómodo estés en situaciones raras y aparentemente incómodas, mayor comodidad tendrán tus acompañantes. Como si uno le diera entrada al otro en un espacio donde todo vale, menos avergonzar y marear.

6. Roles y hábitos inconscientes

En el curso a esto le dan el apellido de “adiós al chico bueno inocuo” (mr. Nice Guy). Con ese tema por medio uno pensaría que va de ser un malote que se lleva a quien quiere de calle, como el personaje del sheriff Raylan en la serie Justified… Pero no.

Va precisamente sobre hacerse consciente de aquellos rasgos o de los roles que asumimos casi sin pensar en ello, que son los que nos joden las relaciones y las oportunidades.

Por darte un ejemplo que cualquiera entendería… Hoy pongo el hablar las cosas ante todo. Si no te sientes capaz de hablarme de lo que deseas, las sensaciones que genera nuestro trato y otras cosas porque te parece difícil o muy personal… Mejor no inicies una relación conmigo. No me gusta ir con el sacacorchos por la vida, ni pensar que todo está bien porque no me comunicas las cosas cuando puedo resolverlas, sino que solamente hablas cuando revientas.

En otras circunstancias hubiera buscado aliviar la tensión únicamente con humor o con sexo, y me habría contentado con que la otra persona hable si quiere o de calle para siempre. No están fuera del menú, pero ya no son los ingredientes predominantes del plato principal.

7. Dirección

En el curso plantean algo sobre la entrega de poder en un sentido tántrico. También se menciona explícitamente la dominación.

Para mí es más una idea de inspiración. De despertar el deseo innato de las personas para hacer algo… Y de que sea explícitamente conmigo.

También podríamos hablar de tomar las riendas de la conversación y tocar voluntariamente todos los temas que significan algo para ti, como proponemos con los ciclos en TSL.

No deberías sorprenderte si hablamos de sexo y de la muerte con la misma facilidad que hablamos de tus colores favoritos, tu mascota o tu sabor de helado preferido.

Y es habitual que la gente acabe por decirme “no me explico cómo hemos acabado hablando de esto, y menos que me sienta tan cómodamente en tan poco tiempo”…

Aunque no voy a colgarme todas las flores por ello, ya que eso nace de una voluntad mutua de estar simplemente a gusto.

8. Intimidad

Personalmente no concibo relación de ninguna clase que no comparta un cierto grado de intimidad. En el curso te vienen a contar que, aunque es cierto que puede surgir espontáneamente y sin esfuerzo alguno por tu parte, también puedes cultivarla.

En los puntos anteriores ya he tratado la intimidad física, la mental y la anímica. También la sexual, por supuesto. Una forma más de intimidad que no suelo mencionar pero que siento como un regalo del cielo es la que tengo con gente como mi querida amiga Anina, de quien tomo prestada la forma de definirla: “es como si en vez de casi dos años, nos hubiésemos visto anoche mismo”. Cercanía, a pesar de la distancia física. Comprensión y conexión, como si hubiera sido así de toda la vida (¡aunque acabes de conocerme!).

Estar simplemente a gusto siendo quien eres y compartiéndolo también forma parte de mi idea de la intimidad. Con todos me ocurre que comparten conmigo cosas que no habían compartido antes o que no compartirían con nadie más… Y a través de nuestro vínculo, se abren a la vida.

En alguna ocasión, incluso, he preparado a otra persona para dar con el amor de su vida y estar abierta a esa relación. Dejarse amar tal como somos, y dejarse ayudar a crecer y mejorar también (ya que no creo que deba atenderse a cualquier consejo a la ligera y a ciegas).

9. Rendición

Ya lo he comentado antes… Tengo mucho cuidado con las expectativas, y lo hablo TODO.

No espero nada pero a la vez me preocupo de hacer saber lo que me gustaría que ocurra. Aquello en lo que estoy dispuesto a involucrarme. Aquello que me afecta profundamente, bueno y malo, y qué relación tiene con nosotros. En el curso, y en mi vida, se trata de una cuestión de entrega. De no impedirme a mí mismo experimentar el amor.

Cada uno de mis gestos es una rendición a mis deseos y sentimientos. Podría cohibirme, ¡por supuesto!, pero por lo general decido no hacerlo. También me he rendido a la posibilidad de que cualquiera, en cualquier momento, puede decidir marcharse de mi lado. Y también puede decidir volver. Las razones pueden tener que ver conmigo, y puede que nada en absoluto.

Me rendí al hecho de que mi única opción es aceptar o no la presencia ajena y, en el otro extremo de la balanza, estar presente o ausente yo mismo.

Me rendí de nuevo a la danza y la lucha de la vida. Su deliciosa dualidad.

Si lees la saga de la Rueda del Tiempo, de Robert Jordan, encontrarás una deliciosa metáfora sobre la dualidad (y también sobre la polaridad) en las dos mitades del llamado Poder Único: el saidar, la mitad femenina que sólo las mujeres pueden encauzar, exige rendirse a ello para poder controlarlo; el saidin, la mitad masculina que solamente los hombres pueden encauzar, exige que lo aferres y domines tú, o te arrasa. De otra forma, ambas mitades te fallan cuando intentas controlarlas. Curiosamente, las mayores obras con el Poder se llevan a cabo usando ambas mitades en conjunto, con hombres y mujeres coligados.

Te dejo pensando en ello y con la pista de una saga apasionante.

10. Devoción

Aquí es cuando se pasa de ser un mero testigo de la belleza a un Creador de Belleza.

¿Notas las mayúsculas? Están ahí por algo.

Una persona que no cultiva su propia belleza y la deja marchitar difícilmente consigue la devoción de otros. Estamos hablando de cuidar de todas aquellas cualidades que hacen que alguien quiera permanecer en tu vida durante décadas, o que quieran volver cada vez que salgan de ella.

Tú las conoces… Y si no, pregunta a tus devotos.

Te regalo la primordial: AMOR PROPIO.

11. Variedad (y espiritualidad)

No hace mucho que compartí la historia sobre mi amigo Michael y su postura como figura paterna en las sombras de lo sexual para cierta mujer.

Que lo vuelva a mencionar se debe a que este aspecto trabaja con todos los matices y tonalidades de tu gama de personas y roles (conectando con puntos anteriores). Mi amigo y compañero en los Amorati, el artistazo Nicolas Canon, lo llama la “paleta de la vida”.

Se trata de mostrar luces y también sombras.

Amor y temor. Dolor y placer. Deseo y odio. Lujuria y rechazo.

Preocupación y desinterés. Felicidad y tristeza.

¿Recuerdas que al principio dije que me deja tibio la postura de quienes comparten solamente la parte luminosa, y que me considero por delante de gente así?

Es porque sin ello carecen de profundidad y misterio, por mucho que intenten.

Pueden fingir que lo son, y da igual por cuánto tiempo… Jamás lo serán.

12. Fuerza natural

Yo entiendo este apartado como el poder de ser simplemente quien eres y saberte aceptado y querido. Por ello y a pesar de ello.

Cuando eres dueño de ese poder, puedes encauzarlo para ser la persona que deseas ser, pero esta vez de verdad. Transformándote. Sin falsas promesas, sin fachadas que contentan al ego, sin intentar aparentar o dar un perfil de cara al público.

En juego lo que hay es esto: tú y tus circunstancias, como dijo Ortega y Gasset; y se le suma tu responsabilidad y tus consecuencias en el mundo del que formas parte.

Es la forma en la que dejas huella, y la propia huella. La lluvia y el charco.

13. El regalo más grande

Ya has trabajado contigo… ¿Ahora qué?

Puedes ponerte retos. Puedes definir cambios y acometerlos. Puedes volver a revisar, por si algo falla y debes prestarle atención extra durante un tiempo.

Puedes servir a otros.

El regalo más grande es tu tiempo y tu fuerza creadora contenida en él.

Este es el que puedo hacer yo ahora mismo, en varias formas:

  • Los Amorati andan (andamos) creando por fin los cursos en español. El primer grupo de participantes en esta lengua esta previsto para la próxima primavera.
  • TSL en español también está disponible ya. Con una integración en el grupo global en inglés y todos los materiales que se generan semanalmente, y repasar todo lo que quieras en español conmigo. En ocasiones incluso traduzco los materiales. Podrás interactuar en español con otros participantes y trataremos de organizar conferencias de contenidos y de consultas en español, como las del grupo global.
  • En cuanto a mis propias iniciativas… Vuelvo a hacer las quedadas gratuitas, y a ofrecer los productos y servicios de este proyecto, sin hacer un marketing agresivo (porque lo odio). También estoy con otros proyectos.

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Por mi parte, la historia con este tema da para mucho. De hecho, aquí me ha tomado más de 2600 palabras hasta este párrafo… Y eso sin contar con las innumerables conversaciones, escritas y verbales, que he mantenido en los últimos seis meses.

No voy a volver a lo de generar contenido semanal para el blog ni para el canal de YouTube. Lo iré liberando a la medida que me apetezca, ya que ando creando nuevas rutinas de vida y en ello no se incluye volverme un ruidoso de internet más.

Para todo lo demás… Facebook, comentarios aquí, sección contacto.

Sergio Melich (Kheldar)
Autor: Sergio Melich (Kheldar)
Pedagogo al 75% y subiendo, comunicador y mentor por vocación (y pronto, más). Autor de las webs La Vida es Fluir & Play it Sexy!, Aventurero y Heartist (persona comprometida a vivir, crear y obrar con cabeza, corazón y conciencia). Escribo sobre el Buen Vivir: autoaprendizaje, estilo de vida, habilidades sociales, relaciones y más.


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