Y como manto sin bautizar cayó este Abril sin estrenar, sobre mis ojos y tus ojos, sobre las doradas piedras de los torreones y las gastadas suelas del tiempo...
Agnieszka Lorek
Y aunque la pesada voz de la losa de la verdad inexorable te regrese a su caja fría y de pedernal, allá bajo la sensata nube color gris de muro y cristal; sabes tú, de improviso y a traición, resbalar la ascendiente pendiente del primer rayo de sol sobre el olivar.