¿Recuerdas la insurrección cívico-militar de 1992? Ese hecho histórico que sin duda fue expresión del descalabro de la falsa democracia liberal-burguesa que imperaba en Venezuela, nos dejó una huella profunda.
¿Cómo pensar que justo 10 años después, en abril de 2002, habiendo llegado a ser gobernador por el apoyo de Hugo Chávez y su pueblo fiel, el capitán (en condición de retiro) Antonio Rojas Suárez, supuesto amigo y compañero de equipo del Presidente, fuera el primer gobernador en declarar públicamente su apoyo al gobierno de facto de Pedro Carmona Estanga y la burguesía nacional e internacional? Nadie lo hubiese pensado antes, pero ocurrió.
¿Cómo pensar que ese mismo abril, minutos más tarde que el capitán Rojas Suárez hiciera lo que hizo, el otro militar, el general activo Francisco Rangel Gómez, quien llegó a Guayana con el único “mérito” de ser supuesto “hermano” de armas de Chávez, presentara ante Globovisión su renuncia a la presidencia de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), se desmarcara de Chávez y su gobierno, y además se declarara en espera de que el nuevo gobierno (la dictadura de la burguesía, de la derecha) le asignara nuevas responsabilidades? Probablemente tampoco eso lo esperaba ni Chávez ni el pueblo, pero también ocurrió.
De manera que son los sectores oportunistas de la política, del ala reformista del gobierno, quienes promueven el mesianismo hacia la figura del Presidente Chávez para esconderse tras él, para combatir el debate constructivo y crítico en el seno del partido, para evitar que el pueblo cuestione lo incorrecto, para chantajearlo al confundir disciplina con sumisión. Son esos mismos sectores los que, temerosos de perder sus prebendas, cargos y privilegios, promueven la tesis de que nuestro camarada Chávez es infalible y que no se equivoca. Chávez es humano, es un hombre, se enferma (creo que eso ya quedó demostrado), se equivoca (eso también está más que demostrado) y lo más importante es que en muchísimos casos ha tenido la sabiduría de corregir oportunamente; pero no siempre.
Ahora bien, ¿se trata de un juicio a nuestro camarada Presidente Chávez?, Claro que no. Por el contrario, él ha hecho demasiado, ahora nos toca al pueblo asumir nuestra parte. Tenemos que ser sus ojos en todo el país, hacer contraloría, enfrentarnos a quienes tengamos que enfrentar, criticar constructivamente cuánto se requiera, proponer soluciones oportunas y viables. Pero sin duda, eso tiene un alto precio: enfrentarnos a una camada de nuevos privilegiados de la política que actualmente ocupan cargos de dirección en el partido y en instituciones del Estado, y que en consecuencia son un muro de contención ante el avance del pueblo. Esa es la gran batalla que estamos librando. Mientras hacemos esto, seguimos en nuestra lucha permanente contra la derecha exógena, nacional e internacional.
¡Que nadie me diga que Chávez no sabe lo que ocurre en Guayana! Él sabe más de lo que cualquiera de nosotras y nosotros sabe. No creo que debamos esperar que él lo resuelva todo, tenemos que luchar incansablemente y lo estamos haciendo, so pena de los intereses de la nueva casta de inmeritorios funcionarios y funcionarias que hoy nos ven como sus enemigos y lanzan todo su veneno contra la batalla emancipatoria que libramos. Si lucharan así contra el imperio, tendríamos un territorio más seguro.
Lo que ocurre en Venalum es la consecuencia lógica de lo antes descrito. Chávez se la juega con la clase trabajadora, pero se comete la ingenuidad de pensar que era posible impulsar el Control Obrero con una estructura que responde a la lógica del capital. Dicho en criollo, dejó a unas hienas cuidando el lomito de nuestras empresas. ¿Cómo impulsar Control Obrero, que es la democracia obrera, con las mismas estructuras de poder dirigiendo la empresa? Eso es sólo una utopía.
Así como le pasó a Chávez con sus supuestos hermanos de armas, que públicamente juraban dar la vida por él, pero en la primera oportunidad lo traicionaron, así mismo nos ocurre a las trabajadoras y trabajadores de Venalum, quienes propusimos a unos compañeros para espacios de dirección (presidencia y gerencias estratégicas), que venían de participar en la construcción del Plan Guayana Socialista (PGS) y juraban defenderlo, pero al llegar ahí no sólo se olvidaron de lo que plantea el PGS, sino que ahora lo combaten con furia. Hace unas semanas escuché a Rada Gamluch, presidente de Venalum, decir que él no se reúne con trabajadores, porque para eso está el sindicato.
Rada desconoce la Asamblea de Trabajadoras y Trabajadores, que es la máxima instancia de decisión de la empresa (según lo planteado por el equipo número 1, del cual él formó parte y fue lo que le permitió llegar a la presidencia de Venalum). Parece absurdo, pero así es. Es el mundo al revés: un compañero de trabajo que asume la responsabilidad de ser presidente para impulsar el modelo consejista de Control Obrero con todas las instancias del Consejo de Trabajadoras y Trabajadores: Asamblea, Mesas de Trabajo, Consejo de Coordinación por Proceso y Consejo General de Gestión, no sólo no ha cumplido con eso, sino que ahora las desconoce y las descalifica. ¡Que alguien me diga si eso no es traición!. De manera que Chávez no es el único que se equivoca, también las trabajadoras y trabajadores nos equivocamos y lo asumimos con gallardía, pues errar es de humanos y rectificar es muestra de sabiduría.
Ya estamos en abril, y transcurrido un mes del despertar revolucionario en Venalum, se instaló una Asamblea General permanente, genuina, de base, se constituyó de hecho una prefiguración del Consejo de Fábrica, se superó y se desconoció a los esquiroles sindicaleros que viven de las migajas que les dejan las mafias del aluminio, se ha dado muestras de diálogo y disposición a buscar soluciones, se toleró el irrespeto del presidente de la CVG Rafael Gil Barrios y del presidente de Venalum al dejarlos embarcados en la reunión del pasado jueves 29-03-12 en la Casona, se tuvo que viajar a Caracas ante la indiferencia de las instituciones en el Estado Bolívar secuestradas por el traidor de la Gobernación, se presionó en la vía pública para poder provocar una reunión con el Vice Ministro de Empresas Básicas Ramón Ernesto Perdomo, y ahora hay un compromiso de reunión para el próximo martes 10-04-12 en Guayana con todas las partes. Veremos cuántas caretas más se siguen cayendo, veremos quiénes están con el pueblo y quiénes con el capital transnacional del Aluminio, pues parece que cada diez años se depura el proceso y aparecen los traidores. Pero pase lo que pase, ya en Guayana prendió la llama de la revolución, ya en Venalum abrimos el camino. Con la unidad de la clase trabajadora impulsaremos el Control Obrero genuino, aún en contra la de burocracia reformista. Viviremos y venceremos.
*Trabajadora de Venalum
Militante del PSUV / Colectivo Social SURCO (GPP)