El presidente estadounidense Donald Trump afirmó el viernes 16 de junio en Miami que su gobierno no cerrará los ojos ante la opresión. El contexto era de acusaciones y mentiras contra Cuba, basadas en un viejo guión de manipulación subversiva encontrado por sus asesores entre los archivos del pasado, donde no faltó la referencia a los derechos humanos. Mencionó presos, maltratos, abusos, trata de personas y esclavitud. Pudo parecer que hablaba de otro país o incluso de EE.UU., pero nadie le creyó que se refería a Cuba.
Es común que esas acusaciones se hagan respecto al record de derechos humanos en territorio estadounidense y así lo demuestran las siguientes evidencias que no ven los ojos de Trump.
En los últimos 30 años la población penal de EE.UU. se incrementó en alrededor del 500 %. Actualmente es de casi 2.3 millones de reos, que es el 25% de los presos en todo el planeta. Además cuenta con la mayor tasa de encarcelamiento, con 730 reclusos por cada 100 000 habitantes.
Los afroestadounidenses, que son el 13% de la población, representan el 41% de las personas encarceladas.
Además unos 80 mil prisioneros sufren confinamiento solitario, algunos por más de 40 años y más de 1200 menores de edad están sancionados.
Otro detalle sobresaliente es que desde 1976 se han realizado en EE.UU. más de 1 386 ejecuciones de sancionados a pena de muerte, que incluye a 15 mujeres. Datos de 2014 señalaban que había 3070 personas en el “corredor de la muerte”, esperando la ejecución de la sentencia. El 43% eran blancos, el 42% negros y 13% hispanos.
En Estados Unidos más de 44 mil personas han sido víctimas del tráfico humano y datos del Departamento de Justicia señalan que aproximadamente 293 mil infantes estadounidenses corren el riesgo de ser traficados.
Asimismo, alrededor de medio millón de niños trabajan en grandes corporaciones agrícolas y miles de menores, en su mayoría hijos de inmigrantes latinoamericanos, laboran hasta 50 y 60 horas semanales en plantaciones de tabaco en pésimas condiciones.
Según la Oficina del Censo de los EE.UU., en el 2013 se registró 48,8 millones de personas viviendo por debajo de la línea de la pobreza, cifra que representa el 15,8% de la población estadounidense.
Una investigación del Departamento de Educación y el Instituto Nacional de Analfabetismo de EE.UU. arrojó que en ese país 32 millones de adultos (14% de la población) no pueden leer y el 21% lo hace por debajo de un nivel de quinto grado.
A los asesores de Trump parece que no le importan esas verdades y al mandatario mucho menos. La mentira vuelve a la Casa Blanca como arma ofensiva y es una peligrosa señal, que deviene alerta para el mundo.
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