Revista América Latina

Abróchense los cinturones, que vamos a navegar por aguas turbulentas (II).

Publicado el 19 noviembre 2014 por Jmartoranoster

Juan Martorano.

Estoy totalmente convencido, que en política, los errores se pagan caro. En estos momentos en el país, pudiéramos catalogar que vivimos un ambiente enrarecido. Si bien no están dadas las condiciones que ansía la derecha para un estallido social y dar al traste con el Gobierno y la Revolución Bolivariana, tampoco está nuestro Gobierno en una posición muy cómoda para sentirse con un exceso de confianza, ni que tiene posiciones consolidadas en esta batalla por el control del poder político en Venezuela.
Señalo que no están dadas las condiciones insurreccionales, puesto que pese a las dificultades que hemos afrontado a lo largo del año 2014. El mismo Presidente Nicolás Maduro ha mencionado de las heridas que se le ha infligido a la Patria durante este año 2014 ( “La Salida” que tradujo en 43 personas asesinadas y un poco más de 800 heridos, muchos de ellos con discapacidades que los afectaran por el resto de sus vidas, y de eso nadie responde), además de las heridas económicas producto de la guerra económica. Sin embargo, en medio de estas circunstancias, en un recorrido que hice el pasado fin de semana en Caracas, pude notar que se respira un ambiente navideño. Sabana Grande, estaba atiborrada, full todos sus establecimientos comerciales, restaurantes, supermercados, adquiriendo sus productos por las fiestas decembrinas, o degustando platos y disfrutando de una buena platica en sana recreación y esparcimiento. Estoy totalmente convencido que nuestro país ha afrontado, afronta y en el futuro, en el marco de las complejas coyunturas políticas y sociales que se nos avecinan, afrontará momentos muy duros, difíciles. Sin embargo, reconociendo que tenemos una de las inflaciones más altas del mundo, producto en buena medida a dos grandes causas: Un alto componente especulativo, y no contar hasta ahora con un aparato productivo público ni privado que contribuya a satisfacer las necesidades de nuestro pueblo; más no obstante, el poder adquisitivo de los venezolanos y venezolanas es uno de los más altos, no sólo de la América latinocaribeña, sino del continente y el mundo.
El Presidente Nicolás Maduro, particularmente no puedo negarlo, ha hecho desde el momento en que le tocó asumir la tarea nada fácil de conducir las labores del Estado y de la Revolución Bolivariana, como lo indicó Hugo Chávez y por voluntad mayoritaria de nosotros y nosotras, ha hecho esfuerzos importantes por neutralizar los embates de la guerra económica, y de cuanta agresión se ha dado en contra de la Patria de Bolívar y Chávez, no se ha quedado con los brazos cruzados, y ha lanzado cuantas ofensivas han sido necesarias para mantener el legado de Chávez. Si pudiéramos resumir estos casi 20 meses de gestión, han sido de sobrevivencia y supervivencia contra las agresiones y los embates imperialistas.
En estos dos últimos días, y ha despecho de la derecha, Nicolás Maduro en la ofensiva habilitante, ha lanzado 31 nuevos instrumentos jurídicos, entre reformas a algunos ya existentes y otras son leyes totalmente nuevas. Ha tomado un conjunto de decisiones, aprovechando eventos y coyunturas muy específicas. Esfuerzos como esos, no podemos desconocerlos, sería mezquino y desconsiderado de mi parte hacerlo, pero Simón Bolívar así lo decía: “Los males de la República no se curan con paliativos”.
Esto lo señalo, porque pese a los niveles de conciencia de nuestro pueblo, hay signos evidentes de malestar y de descontento en buena parte de la población venezolana, incluyendo de aquella que se identifica con nuestra Revolución. Algunas amistades que se han comunicado conmigo, me han expresado su malestar y preocupación, porque aún en buena medida persiste la escasez de muchos rubros de nuestra cesta básica. Para conseguir muchos de ellos, hay que hacer todo un peregrinaje por varios establecimientos comerciales para ir completando varios productos, eso sin contar las kilométricas y paquidérmicas colas, las escaramuzas que en algunos espacios se han presentado para adquirir un litro de aceite o un kilo de azúcar.
¿ Cómo es posible que a través de las cámaras de Venezolana de Televisión se muestran comisos de toneladas de alimentos, de combustibles y aún buena parte de los anaqueles cuando vamos a los establecimientos y expendios de alimentos se encuentran vacíos?
¿Cómo es posible que uno vaya a alguna tienda de Cacao Venezuela en Caracas, que se supone que es del Estado, y no encuentras chocolates?
¿Cómo es posible que la Arepera Venezuela que se encuentra frente al propio Palacio de Miraflores esté permanentemente cerrada Presidente Nicolás Maduro?
¿Cómo es posible que hayan invasiones donde hay delincuentes peligrosos y ponen en peligro a niños, niñas y adolescentes, y el Ministerio Público y el Consejo de Protección en el Estado Bolívar, específicamente en el Municipio Caroní, y señalan que sólo atiende “casos de emergencia”?
¿Cómo es posible que un juicio de desalojo, una fiscal del Ministerio Público no acuda a las audiencias, sometiendo a un terrorismo psicológico a una señora mayor, sometiéndola a toda una violencia psicológica y de stress de manera desconsiderada, sufriendo de la tensión y otros problemas cardíacos?
¿Cómo es posible que algunos traten de armar guarimbas y extenderlas en estaciones de servicio del Estado Carabobo y los responsables de PDVSA de espaldas al país? ¿Será que hay mucho biyuyo de por medio?
Que dolor me dio hace un poco más de dos semanas, cuando fui al Abasto Bicentenario de Plaza Venezuela, uno de los más emblemáticos y grandes de toda Venezuela, e inaugurado por el Comandante Chávez, con sólo leche completa líquida, algo de arroz, azúcar y jugos de lácteos Los Andes. No había carne, ni pollo, aunque en justicia y es justo señalarlo en estas líneas, la semana pasada estaba un poco más abastecido ya que había llegado el pollo y la leche en polvo.
Y eso que eso son solo algunos casos, la mayoría de Caracas y su zona metropolitana , y algunos de otras zonas del país, y que atañen a varios poderes del Estado. Si así es en la capital de la República. ¿Como será en las zonas del interior del país?
Yo saludo y aplaudo no sólo las 31 habilitantes de estos últimos días del Presidente Maduro y el conjunto de decisiones que éste ha venido tomando en aras de terminar de derrotar esta conspiración contra la Patria de Bolívar y Chávez. Pero no sólo basta el mero anuncio, si los encargados de ejecutarlos y hacerlos cumplir no lo hacen, ni el pueblo se informa y organiza para dar esta batalla junto en un ejercicio de verdadera y auténtica corresponsabilidad, porque tampoco le podemos dejar toda esa tarea al Gobierno y al Estado Revolucionario.
¿Será que hace falta mayor contundencia y seguimiento a las órdenes que imparte el Presidente Nicolás Maduro? ¿Será que hace falta un Hugo Chávez para fustigar y chaparrear a Ministros y Ministras, funcionarios y funcionarias del Estado, gobernadores y gobernadoras, alcaldes y alcaldesas, diputados y diputadas tanto de la Asamblea Nacional como de los Consejos Legislativos Estadales, concejales y concejalas de los Cabildos Metropolitanos y de los Concejos Municipales, para que cumplan con sus tareas y se pongan de verdad verdad al servicio de nuestro pueblo?
¿Será que no ven que nuestro pueblo esta arrecho? ¿Quien podrá con ese sujeto social? Claro, esa arrechera no la drenará con un estallido social como lo anhela la derecha, ya lo hemos expresado, pero lo pueden drenar absteniéndose de votar en las elecciones parlamentarias del año que viene, en el 2015, o en caso de un nuevo golpe de estado, el pueblo no se movilizaría a defender a un Gobierno que no sienten suyo más si a la Revolución legada por Chávez. Y en eso, hay que reconocerle a la derecha que, a la hora de votar, votan en bloque y votan todos, igual en sus movilizaciones. Más que un problema de cantidad, es un problema de como esta el ánimo, la disposición y el corazón de la gente.
Particularmente veo, y por eso titulé este artículo como lo titulé, y ahora hago esta segunda entrega, debemos abrocharnos los cinturones porque navegaremos y transitaremos por aguas turbulentas. La derecha arreciará en sus conspiraciones y tratará de crear las condiciones para desestabilizar y derrocar nuestra Revolución y a nuestro Gobierno, ya que las leyes habilitantes de Nicolás Maduro, les afecta en sus intereses de clase, y no piensan quedarse de brazos cruzados. Pero también las aguas pudieran tornarse turbulentas, porque si bien he señalado y sostengo que no creo que nuestro pueblo llegue a un estallido social como el 27 de febrero de 1989, ya que desde mi punto de vista no están dadas las condiciones como en aquella oportunidad, pero tampoco podemos ser tajantes y concluyentes en nuestra aseveración, ya que desde la óptica de las ciencias y los procesos sociales e históricos, estos son en muchas oportunidades, impredecibles. Hay molestias y descontentos, incluso en buena parte de nuestros sectores que respaldan a la Revolución por las ineficiencias, ineficacias que aún padecemos y ya hemos explicado un poco. No podemos meter la cabeza debajo de la tierra como el avestruz ante esta situación y ante esta realidad que tenemos allí.
No me quiero imaginar, en un escenario hipotético, que la derecha vuelva a asumir el poder político, el Gobierno en nuestro país. Porque además de llegar a desmontar y destruir el legado y las obras dejadas por Chávez, vendrá expresamente a matar, a perseguir. Y que los crímenes de la IV República se quedaran cortos con lo que pudieran cometer estos neofascistas si vuelven a ser Gobierno. Y el pueblo se alzaría y no durarían más de una semana. Para evitar nuevos derramamientos de sangre, y no darle un frenazo al futuro y a las conquistas logradas en estos quince (15) años de Revolución, con errores y fallas, sin duda, pero con avances, logros y conquistas, insisto, de nosotros depende.
Debemos dar un verdadero “Sacudón” al burocratismo, a la corrupción, a la pereza, al “echar carro”, además de formarnos y cultivar política, ideológica y espiritualmente el socialismo, de volverlo carne y sangre nuestra, esto también se debe traducir en la resolución de los problemas de nuestra gente y en la satisfacción de sus necesidades materiales. Sino es así, esto se pudiera convertir en una verdadera amenaza a nuestra Revolución Bolivariana, y pudiéramos estar cavando la tumba de nuestro proceso revolucionario.
Sin embargo, que no se equivoquen los enemigos de la Patria y de esta Revolución, porque pese a nuestras contradicciones, el chavismo sigue sólido y muy fuerte, y sin duda y en este momento, está en muchas mejores condiciones que la derecha, para ganar los comicios parlamentarios si fueran hoy. Claro, tenemos muy claro que no podemos desperdiciar ni dilapidar el capital político, electoral y social que nos ha dejado Hugo Chávez.
Seguiremos escribiendo de estos temas más adelante, así que estén pendientes.
¡Bolívar y Chávez viven, y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!

Abogado, Activista por los Derechos Humanos, Militante Revolucionario y de la Red Nacional de Tuiter@s Socialistas (RENTSOC).
 [email protected]      @juanmartorano

Juan Martorano


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