Aunque lo pudiera parecer, el título de este post no es el de un libro de moral católica tridentina, sino parte de los contenidos del manual de Biología y Geología que estudian en varias comunidades autónomas los chicos de 3º de la ESO. Es, por tanto, lo que con propiedad puede considerarse confundir el culo con las témporas, la velocidad con el tocino o las ciencias con las creencias, a elegir. El libro de marras está editado por una editorial católica catalana y, al parecer, se ha colado en las aulas de rondón para regar con su ciencia infusa sobre la sexualidad humana las maleables mentes juveniles a las que va dirigido. De momento, aunque los inspectores educativos lo están sometiendo a un expurgo en toda regla, no han encontrado referencia alguna al onanismo o a la marcha atrás como métodos apropiados para prevenir enfermedades de transmisión sexual. Eso sí, muy en tercer lugar aparece el uso del preservativo, sin duda mucho menos eficaz para esa prevención que aguantarse los picores o hacerlo única y exclusivamente con el parejo o la pareja de toda la vida.
Después de esta sabia lección de biología católica, el libro en el que algunos de nuestros muchachos se preparan para ser ciudadanos de provecho y encontrar un trabajo el día de mañana, hace una apasionante incursión en otros asuntos no menos proclives al análisis biológico desde un punto de vista estrictamente científico. Es el caso del aborto que, según el manual, va de mal en peor en España. Tal es así que nuestro país es el único en Europa en el que el número de interrupciones del embarazo no ha dejado de crecer exponencialmente en los últimos años. Que las cifras que da superen en 18.000 abortos a las que maneja el Ministerio de Sanidad no debe hacernos creer que los autores han inflado los datos, sino que en Sanidad son unos zotes que no saben ni llevar el cálculo como es debido. Llega incluso a afirmar que la causa principal de los abortos es la económica, lo que tampoco aparece por ninguna parte en las estadísticas del Ministerio.
Tampoco es que importe mucho - deben haber pensado los autores del engendro - toda vez que no es muy probable que alguien se plantee confrontar esas cifras con las oficiales y ver si hay truco. Así que, por qué no mentir y exagerar un poco si eso favorece a la causa. Las autoridades educativas, que se han enterado por la prensa de la presencia de este libro en sus aulas, se afanan ahora dando plazos para cambiar los contenidos del libro o retirarlo de los centros educativos. Después será Sodoma y Gomorra, sin una guía biológico - católica que los oriente en la vida podrán los chicos y chicas retornar al retozo y a la promiscuidad más desenfrenada. ¡Ay, Ripalda, cuánto te siguen añorando algunos!