Revista Diario

Abuelos

Por Mamareciente
Me encanta que el Chiquinini tenga a casi toda la familia cerca y pueda pasar tiempo habitualmente con unos y otros. A él también le gusta. Resulta obvio porque cuando nos reunimos se pone como loco de contento.Me siento afortunada por tener a los abuelos de mi hijo cerca.Las dos abuelas del Chiquinini son cariñosas y no se inmiscuyen en su crianza; opinan claro, tienen derecho a ello pues conviven con él y le quieren, pero nunca me ha molestado y creo que actúan bien, sabiendo donde está el límite entre abuelos y padres. Cuando yo era niña vivíamos lejos de los abuelos, tios y primos, así que mi relación con ellos no era, ni es, muy estrecha. Sin embargo creo que para mi hijo va a ser difierente. Lo creo y lo espero.El otro día me sorprendió una amiga con un comentario del que se desprendía que, cuando llegue el momento, prefiere dejar a su hijo en el comedor del colegio antes que dejarle comer en casa de los abuelos paternos. No me consta que tenga mala relación con ellos, ¿pero entonces? ¿Será para evitar situaciones que sí pueden generar conflictos entre ellos? Otra amiga me contaba detalles un poco “feos” de su suegra en relación con sus hijas, agravios comparativos con otros nietos de la abuela.¿Estos roces surgen con las madres y con las suegras por igual? ¿O quizá con una madre somos por un lado más comprensivas y dispuestas al perdón y a pasar por alto algunas cosas, o sencillamente más directas para hablar de lo que nos molesta antes de que el problema se enquiste?¿Interfieren los abuelos más de lo debido en la crianza de los hijos con consejos a veces inoportunos? ¿O tienen derecho a ello?

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