¿Aburridas cenas de empresa? Mejor, vayamos al paintball

Déjame adivinar… Se acerca diciembre y empiezas a contar los días que quedan hasta la cena de empresa… con temor. Te da pánico pensar qué te pondrás, con quién te sentarás, si Pelaez se emborrachará y cantará una ranchera, cuántos de los que no salen normalmente lo darán todo como si hubieran vuelto a la adolescencia, quien se despertará donde no debe, quién no querrá acordarse de la noche y quién si. Suspiras profundamente. Ay. Y no hay manera de librarse.

Probablemente no puedas escaparte de pasar un rato con tus compañeros de trabajo pero ¿por qué no cambiar el escenario? Si, aunque los adores, hay días que los despellejarías, ¿por qué no solucionar las rencillas en el campo de batalla? Dos equipos armados y sin que tu jefe pueda organizar nada si no queréis. Aquí, el líder se soluciona a bolazos de pintura. ¿O nunca has jugado al paintball?

En Madrid, hay bastante afición a este juego de estrategia al aire libre en el que los participantes usan marcadoras, que es como se llama a los fusiles de aire comprimido que disparan pequeñas bolas de pintura. Tienen este nombre porque se usaban para marcar ganado o árboles pero ahora, se utilizan para eliminar a tu contrincante de un plumazo o de un bombazo.

Hay varios campos repartidos por la capital en distintas ubicaciones, como los tres que tiene Action Live en Navalcarnero, Villalba o Soto del Real. Los hay enormes, con distintos escenarios tematizados, otros que recrean búnqueres, fuertes, trincheras o incluso ruinas. En muchos de los campos, se pueden realizar otras actividades como rutas en quad o pasar el día completo de barbacoa y guerras varias, porque los hay con packs completos. Por cierto, que los niños no pueden jugar por ser menores de edad aunque algunos sitios ofrecen opciones para mayores de 14 años o partidas de laser tag para más pequeños.

Igual Pelaez vuelve a cantar este año la ranchera, igual la barbacoa se anima más de la cuenta con sangrías, igual acabáis bailando por medio del campo y eso puede ser digno de recordar. Pero no te preocupes. Tú ocúpate de ir abrigado debajo del mono porque ese día le vas a dar un pelotazo tal a tu jefe que te vas a estar relamiendo hasta el año que viene del recuerdo. Y de incógnito, que ha podido ser cualquiera. Procura no reírte cuando se queje del moratón.