Es frecuente que se hable sobre los peligros de exponer nuestra piel al sol, ya que puede tener graves consecuencias. Pero, ¿cómo afecta el sol a los ojos? Según los especialistas, los ojos son veinte veces más sensibles que la piel frente a los rayos del sol. De este modo, es importante que, tanto mayores como niños, tomen precauciones, aunque en el caso de los pequeños habrá que extremar estos cuidados, ya que sus ojos no están completamente desarrollados y por ello, son más vulnerables a la exposición de los rayos ultravioletas.
Así, en verano, los rayos solares aún son más dañinos y el cristalino de los niños de hasta doce años es prácticamente transparente, por lo que absorbe toda la radiación.
El verano es la época del año en el que el sol puede dañar más fácilmente los ojos de los niños
De este modo, es necesario que, sobre todo los pequeños estén protegidos y, sobre todo, entre las 10:00 y las 14:00 horas, momento del día en el que recibimos el 60 por ciento de las radiaciones ultravioletas. Por este motivo, los pequeños tendrán que usar gorros con visera, sombreros, gafas de sol… para protegerse. Sin embargo, es cierto que, hay niños que no soportan llevarlos por lo que será conveniente que los padres busquen gorras que transpiren, para que no suden mucho, así como gafas con las que se encuentren cómodos. Asimismo, será importante que cuando vayan siendo más mayorcitos, se les explique la importancia de protegerse del sol.
En cuanto a las gafas, no sólo debe preocupar a los padres que los niños se sientan cómodos con ellas y tampoco es conveniente que les dejen elegir a ellos las que más les gusten, ya que se fijarán en detalles estéticos y hay que tener cuidado a la hora de adquirir estas lentes. Lo principal, más allá de que sean de un modelo u otro o, más o menos oscuras, será que tengan un filtro protector frente a los rayos UVA y UVB de entre un 99 y un 100 por cien. Asimismo, tendrán que estar homologadas bajo la normativa europea.
Se debe evitar comprar gafas de juguete
Y es que, aunque los niños lo vean como un complemento divertido e incluso una forma de imitar a los mayores que suelen llevarlas, los padres tendrán que ser responsables y evitar comprar gafas de juguete o imitaciones de bajo precio. Sin duda, en este caso, estarán exponiendo a sus hijos a un grave peligro para su salud visual. De este modo, también habrá que prestar atención a que las lentes sean irrompibles, seguras y grandes, ya que los pequeños están continuamente en acción y pueden romperse más fácilmente.
Y es que las consecuencias a corto plazo de exponerse y no protegerse adecuadamente del sol pueden ser graves. De este modo, se pueden dar casos de queratitis o quemaduras solares, que se manifiestarán en los niños con síntomas como el dolor, fotofobia y enrojecimiento ocular. Asimismo a largo plazo no tomar medidas puede llegar a producir alternaciones agudas en la córnea, lesiones degenerativas, así como quemaduras agudas en la retina, que dañan la visión de forma severa.
Sin duda, los padres deben estar atentos para evitar estos problemas y preocuparse de que sus hijos estén protegidos ante los rayos del sol.