¿Acaso usted no lo ha hecho? A ese acto tibio que realizamos en secreto en medio de la playa
Si bien hacerlo en una piscina seguirá siendo un acto antihigiénico y reprochable, orinar dentro del mar es, contrariamente a lo que se ha dicho durante años, hasta beneficioso para el entorno marino.
Un reciente estudio de la American Chemical Society (ACS) afirma que desahogar nuestras vejigas dentro del agua salada no constituye contaminación ninguna. Y para convencernos, han hecho circular un video didáctico que cada día ganas más en visitas.
¿Acaso usted no lo ha hecho? A ese acto tibio que realizamos en secreto en medio de la playa y que nos regresa por algunos segundos a la más tierna infancia, se suma ahora la certeza de que con ello podemos contibuir a enriquecer los fondos marinos.
Aseguran los estudiosos que solamente la urea que expulsamos a través de la orina podría ser nociva, pero no habría nunca equivalencia entre nuestras pequeñas dosis de ese líquido tibio y la inmensidad de los mares que rodean nuestros continentes.
Incluso si todos los habitantes del planeta orinaran al mismo tiempo (algo completamente improbable), su aporte de urea seguiría siendo bajísimo y por lo tanto no habría peligro para la flora o la fauna de nuestros mares.
Por otra parte, la fuerte concentración de nitrógeno presenta en nuestra orina, al combinarse con el agua, generaría amonio, un elemento favorable para la alimentación de las algas y otras especies de plantas. Y si esto beneficia a la flora, pues automáticamente estaría siendo favorable para la fauna.
Lo primero a tener en cuenta a la hora de calibrar nuestro solitario y tibio acto dentro del agua del mar es que los peces, los millones de peces con los que convivimos y de los que nos alimentamos también orinan y expanden sus desechos por todos los recodos líquidos del planeta.
Imagine usted que tan solo una ballena produce y expulsa 970 litros de orina al día…
Entonces, que el sentimiento de culpa no nos quite el sueño.