Quizás en una primera y fugaz reflexión interna puede que incluso nos sorprenda, estamos totalmente dominados por nuestra mente, aunque reconocerlo también es cuestión de ejercicios de presencia, y si, lo primero que hacemos durante años de crecimiento es accionar, usar el movimiento para aprender y reclamar nuestra atención a nuestro público. De esto son expertos los pequeños, ellos buscan el juego de manera instintiva para divertirse y a modo de cadena de montaje el cuerpo humano aprende como ir sobreviviendo paso a paso. Poco a poco vamos incorporando acciones de movimientos más complejos que nos ayudan facilitándonos nuestra senda por el río de nuestra vida. El cuerpo humano es inteligente y a diferencia de la mente, fría y calculadora, tiene claro como el agua que el sufrimiento no le gusta. Y si no fijémonos en el comportamiento animal. Las personas estamos presentes para ser felices, no como meta final de la carrera sino como proceso de aprendizaje, de investigación, de esfuerzo en aquello que nos hace bien para seguir creciendo.
El Coaching con Recursos de Ocio, es la piedra filosofal de las Artes Escénicas y su cimiento lo encontramos en los innumerables juegos de que disponemos sólo de acciones físicas donde podemos estar días, semanas y años únicamente construyendo diálogos desde triviales a la máxima profundidad intelectual sólo con el movimiento de nuestro cuerpo. Los actores nos pasamos gran parte de nuestra formación jugando a improvisar, desde la sencillez de una pauta y circunstancia dada por el/la profesor/a y desde la acción física se construye la ficción del "aquí y ahora" que sí es real, haciendo posible desde el presente que se está ejecutando qué siente en el juego de la escena el personaje no el/la actor/actriz. Resulta curioso observar a espectadores ajenos a la realidad escénica, que se quedan impresionados de cómo los trabajos de laboratorio de investigación escénica de los artistas transmiten mensajes de coherencia absoluta con apenas texto y gran creatividad de acciones físicas técnicamente trabajadas.
En esta arquitectura de nuestro "yo superior" podemos ver claro cuales son los elementos vitales necesarios para que la construcción de nuestro ser tenga una estructura capaz de sostenernos y de permitirnos reformarnos cada vez que lo necesitemos por equis razones. El juego de las acciones físicas es la herramienta, la estructura que nos va a recoger cada vez que nos caigamos y que amortigua nuestra caída gracias a un proceso de aprendizaje contínuo y constante que nos aporta seguridad, confianza y fe en nuestro potencial creativo, vernos capaces de construir soluciones que se adaptan, como cadena de montaje, a las circunstancias del "aquí y ahora". Y ahora ya sí podremos empezar a incluir pequeños textos que enriquezcan esta arquitectura de atmósferas como un "gracias" o algo fácil y gratificante como la sonrisa sincera y sus onomatopeyas.
En teatro existe una máxima sólo la acción te puede llevar a la palabra, nunca al revés, si te dejas llevar por la acción la coherencia de tu mensaje será de principio a fin, es un buen camino para empezar a aplicar en nuestra diario nuestra propia Responsabilidad Social Corporativa.