Revista Cultura y Ocio
Hoy hablo de uno de esos discos que forman parte de la historia de la música por derecho propio, y digo bien si afirmo que es un disco de "Rock and roll" porque lo que hay en el Back in Black de AC/DC, es puro y duro rock and roll, que no me vengan con milongas de heavy y demás mandangas. Pero toda historia gloriosa, empieza con una triste noticia o piedra de toque, y ésta fue la muerte de Bon Scott, en febrero de 1980. Todo el problema de la muerte del mítico vocalista, pilla a la banda en el momento más frenético de composición que se recuerda, ya que el verano anterior habían editado Highway to hell, todo un exitazo. De hecho, y aunque sobre esto nunca se ha dicho nada al respecto, soy de la opinión de que éste álbum estaba ya compuesto por los hermanos Young, a falta de pulir producción y demás, para ser cantado por Bon Scott, pero su muerte que afectó mucho a los hermanos Young, en vez de tirarlo todo por la borda, si que espoleó al grupo a buscar rápidamente un sustituto, e hicieron caso al propio Scott, quien había dicho que uno de sus cantantes favoritos era Brian Johnson de Geordie.El álbum se publica el 25 de julio de 1980. Cambiar el cantante significa un giro relativo en el sonido de la banda, que puede gustar o no, pero todo se ha de decir, la combinación de cantante y música se hizo patente desde el primer momento. El nuevo proyecto de AC/DC se volvió un éxito total y absoluto arropado por excelentes canciones. Si en verdad analizamos el tipo de cantante de AC/DC entra en común un estilo "camionero" con una voz aguda, desgarradora. La diferencia con el bueno de Bon Scott, cuya voz era natural, es que Brian Johnson fuerza hasta parecerse lo más posible al primero. Si esto lo juntas con un guitarrista como Angus Young que monta lo que quieras melódicamente por sus cualidades innatas, los riffs rítmicos de Malcom Young más la base rítmica bestial de bajo y batería, el resultado debía seguir siendo perfecto, y así fue. Se concretaron 10 trallazos incontestables, donde rock, blues y algo de boogie dominaban el trabajo. El disco es un completo homenaje a Bon, partiendo por su portada, negra y de un luto total, ¿quién no la conoce? ¿Quién no ha escuchado alguna canción de este disco?, si es que existe ese personaje, debe ser un ermitaño, alguien que no ha vivido o simplemente un sordo. En este trabajo se repite como productor Robert John “Mutt” Lange, que lo bordó en el disco del año anterior.
La obra comienza con el sonido de un campanario en Hells Bells (Campanas del infierno) para que entre el acorde mítico de guitarra, y a la vez entren los hermanos Young furiosos a descargar lo que llevan dentro, una canción de extraordinarios riffs, perfecto manejo del tiempo, un sonido rocoso, la banda a tope y Brian a un gran nivel en su primer cañonazo como frontman, una oda al rock, una declaración de principios y un deseo de seguir en la cima y celebrándolo. Shoot to thrill prende a la primera, pura potencia, cruda armonía, riffs incendiarios de la marca Young, un tema pinchable hasta la saciedad, hit inmediato, con un estribillo la mar de pegadizo, otro cañonazo y van dos de dos. What do you do for money honey es un tema donde Phil Rudd es un metrónomo clavando la batería, los hermanos Young al acecho con sus guitarras, mientras Brian dispara con su voz, hasta llegar al incendiario estribillo. Giving the dog a bone es la confirmación de que Brian ha agarrado el puesto de cantante y no lo va a soltar, alcanzando agudos e inimitables tonos, simplemente brutal, el riff nos abduce al goce, a agitar eternamente la cabeza al ritmo del tema, que no tiene rival. Let me put my love into you relaja los voltios, con un exquisito comienzo este nos muestra a todos una perla, dejándonos seducidos, atrapados, totalmente entregados para penetrar, y como no, Brian nos da la clave en la letra: "No te resistas, no ofrezcas pelea, no te preocupes porque es tu turno esta noche, déjame introducir mi amor en ti nena " directo al corazón...La segunda cara empieza con Back in Black, que es un tema nacido para pertenecer a todos los seres terrenales, un diamante negro pulido por estos bestias pardas con un riff de guitarra mítico y dónde Brian se vuelve a salir del tiesto dejándose toda la laringe. You shook me all night long es otro de esos hits para la historia universal, lo dejan claro en la letra quieren ser succionados toda la noche, sin velas ni preámbulos ni leches en vinagre, toda la noche dando lo mejor de ti ante una exuberante mujer, que te deje sin aliento y ella exhausta por tu derroche, todo ello rociado con una memorable melodía, un riff brutal y un estribillo sideral. Have a drink on me es un tema de tono bluesero, algo a lo que no pueden renunciar ya que está en sus genes y en su base, y encima después de lo que llevamos de disco entra como un tiro, otro tema de facultades brutales de Brian, estribillo directo al mentón, y como no, ese slogan de tomar una copa sobre mi va al pelo. Shake a leg es todo un chutazo de adrenalina, y a estas alturas del disco te sigue noqueando (aunque ya no tenga nada que demostrar) con un riff de guitarra descomunal (¡¡¡qué ritmo de Malcom!!!), más el sólo brutal de Angus y Brian que está a tope mientras las cuerdas vocales sigan a ese nivel. Para acabar la joya Rock and roll ain't noise pollution,me evoca todo, bar, cerveza, humo, noche, el siempre presente blues, ebrios... un remate en clave blues fantástico, y dejando claro que el trabajo ha sido excelente, porque las cosas bien cerradas bien son recordadas.
Seguro que Bon Scott quedó contento con el homenaje que le rindieron sus compañeros, porque estamos ante un disco sublime, la perfección del rock and roll, dónde diez temazos lo bordan sin bajar ni un momento de la excelencia. Os dejo con el vídeo de Hells Bells.