La Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) toma nota del planteamiento general del Consejo respecto de la revisión de los objetivos de CO2 para los vehículos pesados (HDV).
Si bien los Estados miembros han tenido en cuenta algunas preocupaciones de la industria, los objetivos de reducción de CO2 propuestos para camiones y autobuses siguen siendo muy ambiciosos a la luz de condiciones propicias insuficientes, que deberían evaluarse periódicamente mediante un proceso de seguimiento anual integral.
"Los objetivos de CO2 tan ambiciosos para los fabricantes de camiones y autobuses no pueden ser alcanzados por los fabricantes por sí solos", afirmó Sigrid de Vries, directora general de ACEA. "Los legisladores deben hacer más para alinear estrechamente los niveles de ambición establecidos para los fabricantes de vehículos con los de otras partes interesadas, desde proveedores/operadores de infraestructura hasta operadores de transporte por carretera, transportistas y transportistas, y operadores de transporte público".
"Si falta una infraestructura de carga y repostaje privada y de acceso público y los operadores de transporte no pueden utilizar los vehículos con tanta flexibilidad como los modelos convencionales, ¿cómo se puede convencer a los clientes de que opten por vehículos de cero emisiones? Lo mínimo que deberíamos esperar es un sistema de seguimiento sólido que garantice que todos, aguas arriba y aguas abajo, estén en la misma trayectoria", añadió de Vries.
De Vries: "Al fin y al cabo, la disponibilidad de vehículos de cero emisiones es sólo una parte del rompecabezas. Ya sean camiones, autobuses o autocares eléctricos de batería, de pila de combustible o de hidrógeno, nuestros fabricantes están invirtiendo miles de millones en tecnologías que impulsarán la transición verde de Europa para el transporte pesado. Pero en un mercado B2B, debería haber un énfasis mucho mayor en las condiciones propicias".
Los legisladores también deben abordar las distintas necesidades de infraestructura de segmentos de vehículos muy diferentes. Por ejemplo, los autocares necesitarán acceso a carga y recarga de alta potencia en lugares muy específicos, mientras que los camiones de larga distancia necesitarán un acceso fluido a la carga y recarga en ruta a lo largo de las carreteras europeas.
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