Una de las mejoras cosas de irse de viaje es, paradójicamente, el regreso al hogar del que se partió. Así, de vuelta de mi periplo abulense (que espero sea material de un Off Topic muy off topic) estoy reencontrándome con placer con aquellas alegrías de mi mundo cotidiano tales como barrer, fregar, hacer las compras y volver cargada como una mula... A quién pretendo engañar, echo de menos el hotel!!!
En fin el caso es que, mientras mis planes para convertirme en una estrella del mundo del espectáculo van despegando*, me toca mi buena dosis de realidad en mi vuelta a la Cuaderna del Norte. Sin embargo, he de decir que no todo ha sido síndrome post-vacacional pues, obviamente, en el hogar también hay reencuentros que eran largamente deseados.Uno de ellos, como no, era el reencuentro con mis potis.
A pesar de que el arsenal de mini tallas que me llevé serviría para mantener limpio y bien maquillado a un país pequeño durante al menos seis meses, lo cierto es que ya estaba empezando a aburrirme de la poca variedad de labiales (tan sólo unos 8) y sombras de ojos (dos paletas de 12 sombras). Una de las cosas que más he echado de menos ha sido el momento ducha, y ese botecito de aceite de ducha con el que últimamente ando yo tan ensimismada.
Se trata, nada más y nada menos, del aceite que sacaron como parte de la Edición Limitada de verano Summer Bliss y que se me quedó en la retina desde que leí la entrada que sobre la colección realizó hace un tiempo Miss Potingues (enlace).
En primer lugar, he de deciros que este formato me ha gustado mucho y, aunque fui perezosa para lanzarme a por él a pesar de las múltiples recomendaciones que había recibido, ciertamente ahora estoy encantada. Al ser un formato aceitoso parece que garantiza un poquito más la hidratación de la piel y, además de ser gloria bendita en su aplicación, me da la sensación de que no es tan agresivo como otro tipo de formatos de jabón.
Sin embargo, lo que realmente me ha sumido en el amor y la devoción más profunda por este producto ha sido, sin lugar a dudas, su aroma. Dulce, floral y absolutamente maravilloso, éste olor transforma mi humilde ducha en un Spa de lujo, permaneciendo sutilmente en la piel una vez que el momento ha terminado. Simplemente sobresaliente.
Siendo tan fantástico este resultado ahora estoy a la zaga de comprarme el resto de productos de la colección aunque me resisto ha pagar el precio entero ahora en rebajas así que me enfrento a dos posibles resultados:
a) que den salida al stock en septiembre y me los lleve a precio de gangab) que se agoten gracias a entradas como esta y me quede sin ellos y con cara de perro abandonado**
Bueno, ya os contaré cual de los dos finales de Elige Tu Propia Aventura es el que se acabó materializando. En cualquier caso, independientemente de que la colección de verano se valla con las primeras luces del otoño, por suerte los aceites de baño forman parte de varias de las colecciones fijas y se pueden disfrutar en cualquier estación. Como podéis ver en la foto yo ya tengo mi repuesto en la cítrica fragancia de Laughing Buda.
Me despido ya por hoy con un beso muy grande para todas deseándoos un feliz Martes que, como dice mi Bubi, también son de Dios.
* Aún estoy en fase de orientar mi carrera como Diva del Pop porque no consigo decidirme entre el estilo Miley o el de Cher
**Bien pensado, olvidad todo lo que he dicho esta entrada. La colección Summer Bliss no mola nada de nada (dejádmela toda para mi)