Cuando la mayoría de la gente piensa en aceites esenciales antisépticos, piensa en aromaterapia, pero cuando se piensa en la cantidad de plantas que hay y en las propiedades que tienen, queda claro que algunos aceites esenciales pueden hacer algo más que oler bien.
Algunos aceites esenciales también pueden ayudar a nuestro organismo a alejar o combatir las infecciones.
Aceites esenciales antisépticos
Los antisépticos son agentes que matan las bacterias.
Mientras que algunas bacterias son saludables, otras pueden causar enfermedades.
Los antibióticos son similares pero no idénticos a otras formas de conservantes y se han utilizado ampliamente en la historia reciente para combatir las bacterias dañinas, pero los antibióticos también pueden ser perjudiciales para las bacterias beneficiosas, que se han adaptado al tratamiento con antibióticos.
Según un artículo de 2015 publicado en The Atlantic, la mayoría de los estudios clínicos serios realizados sobre los aceites esenciales utilizados con fines antisépticos han buscado ingredientes potenciales en desinfectantes de manos que fueran eficaces en entornos médicos donde las bacterias tienen una defensa inmunitaria contra otros patógenos comunes.
El artículo enumera una serie de extractos de plantas que, según las investigaciones, son prometedores, entre ellos…
– Tomillo (Thymus vulgaris)
– Clavo de olor
– Hierba de limón
– Lavanda
– Basilio
– Capsicum
– y canela.
En un meta-análisis publicado en 2010 en el Journal of Applied Biological Sciences, el clavo, el romero, la pimienta de cayena y la lavanda también fueron catalogados como aceites esenciales con efectos antibacterianos por…
– Enebro
– Oliva
– menta
– Hinojo
– hoja de limón
– y hojas de lima.
Los científicos no están del todo seguros de cómo o por qué los aceites esenciales pueden matar las bacterias, pero algunos han sugerido que las sustancias químicas de los aceites esenciales rompen las paredes celulares de las bacterias.
Esto también puede explicar por qué los aceites esenciales incluidos como ingredientes en los conservantes más tradicionales suelen ser más eficaces que los propios aceites.
Aceites esenciales antivirales
Tanto las bacterias como los virus pueden enfermar, pero no son lo mismo; actúan de forma diferente y requieren tratamientos y medidas disuasorias distintas.
Por ejemplo, si la teoría de que los aceites esenciales matan a las bacterias rompiendo las paredes celulares es correcta, entonces los aceites esenciales no funcionarán de la misma manera contra los virus, que no tienen paredes celulares.
Afortunadamente, también se han identificado muchos aceites esenciales antivirales potencialmente beneficiosos.
El meta-análisis de 2010 citado anteriormente incluía el aceite de sándalo, el aceite de árbol de té, el tomillo y el jengibre como aceites esenciales con propiedades antivirales.
Un estudio de 2015 publicado en la revista Acute Medicine informó de que el eucalipto también mostraba prometedoras propiedades antivirales, especialmente en un enjuague bucal utilizado para combatir el herpes simple.
En un artículo publicado en 2014 en la revista American Journal of Essential Oils and Natural Products, también se descubrió que la canela, la bergamota, el tomillo y el eucalipto tienen buenas propiedades antivirales tanto en forma líquida como gaseosa.
El artículo se centra específicamente en la lucha contra el virus de la gripe que causa la «gripe» común, pero que también puede ser mortal.
Otros ámbitos de investigación
Investigaciones recientes también han explorado los aceites esenciales como agentes beneficiosos contra los hongos e incluso contra el cáncer.
El mayor interés por los aceites esenciales se ha centrado en sus posibles beneficios para combatir la depresión y la ansiedad.
Otras formas de acceder a las prestaciones Muchos de estos estudios incluyen otros aceites esenciales que no están disponibles comercialmente y, por tanto, no se incluyen en este artículo.
Muchos de los aceites esenciales de los que se habla en este artículo proceden de plantas comestibles, además de estar fácilmente disponibles en el mercado.
Aunque los aceites esenciales no suelen poder ingerirse, el consumo de las plantas de las que se derivan puede proporcionar algunos efectos significativos.
Los aceites esenciales son sustancias concentradas y potentes, por lo que el consumo de los alimentos que los producen puede no tener un efecto tan fuerte o inmediato como el uso de los aceites esenciales.
Sin embargo, el consumo de estos alimentos, en lugar de sólo los aceites, implica el consumo de nutrientes que no siempre están contenidos en los aceites esenciales.
Por ejemplo, muchos de los aceites esenciales mencionados anteriormente proceden de plantas que también contienen antioxidantes y otros nutrientes importantes.
Aplicaciones farmacológicas, cosméticas y alimentarias