Revista Cocina

Acerca de denominar a los objetos como «veganos»

Por Luistovar
Acerca de denominar a los objetos como «veganos»

Si coloquialmente nos referimos a un objeto como vegano para abreviar que es apto para veganos entonces no nos expresamos erróneamente en el contexto coloquial. Pero si en un contexto más formal decimos que es tal objeto es vegano queriendo decir que es vegetal, o que no contiene sustancias de origen animal, entonces sí que nos estamos expresando incorrectamente.

Vegano no significa vegetal ni nada que sea propiamente material. Vegano significa que te opones a la explotación animal por considerarla una injusticia equivalente a la esclavitud humana. Aparte de que un objeto puede ni siquiera ser vegetal y ser apto para veganos. Pero igualmente el veganismo no hace referencia a ninguna sustancia concreta. El veganismo significa que debemos rechazar la explotación animal por ser una injusticia. Esto es un principio ético; no es un objeto material.

Los objetos no pueden ser veganos si hablamos de forma estricta. Sólo las personas pueden ser veganas; más concretamente aquellas personas que antes son agentes morales. Por extensión, podemos decir que su dieta es vegana o que su pensamiento es vegano, al referirnos a su comportamiento que está motivado por seguir el principio del veganismo. Pero un objeto, aunque haya sido elaborado por veganos siguiendo el principio del veganismo, no puede ser vegano. El veganismo es un principio ético, que conduce a una forma de pensar y comportarse, y sólo las personas pueden pensar y actuar moralmente.
El veganismo es en esencia una forma de pensar. El veganismo significa pensar que los animales no existen para servir a los humanos y que no deben ser tratados como medios para los fines humanos. El veganismo se define pues como un principio moral. El veganismo no es sinónimo de vegetal ni siquiera es sinónimo de no utilizar animales. Alguien puede decidir no utilizar animales por motivos ajenos a la ética; por una simple cuestión práctica o por religión. Veganismo es pensar que es inmoral que utilicemos a los animales como nuestros recursos. Este pensamiento conduce inevitablemente a una forma de conducta.

Si una persona decide no utilizar animales porque cree que se le ha aparecido el arcángel Gabriel y le ha ordenado que no utilice animales entonces esa persona no es vegana. Esa persona no considera que es inmoral que los animales sean tratados como medios para los fines humanos sino que piensa que debe seguir las órdenes de determinados seres sobrenaturales para conseguir la salvación de su alma. Esto no es veganismo. Lo mismo sucede si alguien decidiera rechazar el uso de animales porque cree que es perjudicial para su salud o para el medio ambiente.

Las personas pueden ser veganas. Las conductas que realizan, como su alimentación, pueden ser denominadas veganas en tanto se refiera a una expresión directa de su personalidad; más concretamente a su pensamiento moral. Pero un objeto, el que no sea, no puede ser vegano. Hablar de «ropa vegana» o de «comida vegana» tiene tanto sentido como hablar de «ropa feminista» o «comida feminista».

Si estamos comprometidos con el veganismo de acuerdo a su definición original entonces creo que sería bueno que cuidáramos nuestras expresiones y formas de hablar. Sería bueno que aprovecháramos la ocasión para explicar el significado correcto del veganismo según fue acordado por su fundadores y que además es lo que de la su carácter peculiar al término y lo que lo hace corresponder con los principios éticos básicos.


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