Revista Opinión

Acerca de la Pasión (…)

Publicado el 05 mayo 2018 por Carlosgu82

¡Cuan absolutamente hermosa es la pasión (…)! ¡Éxtasis divino capaz de hacer consciente al hombre de su propia realidad (…)! ¡Rosa de irresistible aroma, repleta de espinas (…)! ¡Dulce vino (…)! ¡Sensual poesía (…)! ¡Música del Alma (…)! ¡Gloria suprema del Ser (…)! En honor a ti, escribiré las siguientes lineas.

A pesar de la conocida importancia que tiene la pasión en cada una de nuestras vidas -y, asimismo, en la historia de la humanidad-, no puedo evitar sentir que es, en cierto modo, incomprendida. Estos son algunos ejemplos de lo que quiero decir: Suele ser equiparada al deseo sexual, o bien, a la búsqueda del placer; es considerada como un sentimiento “irracional”, que entorpece la conducta; también, se le reduce a una simple inclinación o afinidad hacia algo en particular; etc. Ciertamente, querido lector@, no pretendo desarrollar todas las áreas de un fenómeno tan complejo y fascinante, pero sí combatir algunas ideas injustas sobre la pasión como las ya mencionadas.

Más allá de la sexualidad

Resulta curiosa esa tendencia de reducir un aspecto de la esencia humana al órgano que le sirve como instrumento de representación: Decir que la pasión es la energía sexual contenida en los genitales es tan erróneo como afirmar que la mente se encuentra exclusivamente en los confines del cerebro. Es bien sabido que los deseos sexuales son especialmente fuertes, morosos, responsables de los arrebatos más frenéticos y de las entregas más sublimes… más no son la pasión en si misma sino una de sus funciones. Esta está más allá de cualquier deseo.

Naturaleza fenomenológica

¿Puede el origen determinar la naturaleza? Esa pregunta puede aplicarse a todo…, pero no quiero desviarme del tema. En el caso de la pasión, como energía vital humana, los efectos que esta tendrá tanto en el interior como en el exterior del Ser serán favorables o desfavorables en función de su origen en el Ego o en la Consciencia Amorosa.

La pasión egoísta es aquella que no sólo entorpece la razón dirigiéndola hacia fines hedonistas -lastimando a las personas que son objeto de esos deseos enfermizos- sino que además conduce irremediablemente hacia la autodestrucción. Efectivamente, este es el rostro mejor “conocido” de la pasión así como responsable de su mala fama.

En cambio, la pasión amorosa proviene de la Contemplación meditativa del Ser. Cuando esta se canaliza hacia los demás, crea sentimientos de empatía, sacrificio y gratitud; cuando se dirige hacia uno mismo, incrementando los poderes creativos, ocasiona el Renacimiento Espiritual. Este es el tipo de pasión que deseo describir.

Emoción estética

La pasión nos permite apreciar la infinita belleza de la vida. Es inconfundible esa mística sensación que crece paulatinamente como un incendio que inunda nuestro interior cuando algo nos cautiva y nos hace enloquecer de alegría (¿Podría llorar de ternura leyendo los versos de Amado Nervo si no me apasionara la poesía?). Esa emoción estética, sin embargo, revela la fragilidad de la existencia del objeto observado y del observador, en medio de ese anhelo de eternidad, lo que a su vez aumenta el Amor hacia la Belleza. Entonces, el componente hedonista de la personalidad evoluciona a un carácter esteta gracias a la Educación de la sensibilidad producida por el desarrollo de la consciencia.

Actitud intelectual

No puedo concebir el rigor intelectual como algo ajeno a la pasión. No podría concentrarme profundamente en ningún objeto de estudio si este no ejerciera sobre mí una poderosa atracción: Esa es la esencia de la Curiosidad. Pero no se trata de una inclinación cualquiera. El verdadero deseo de saber consiste en hacer de ese conocimiento parte de mi Ser, es decir, “abandonarme” a mí mismo completamente a la tarea de aprender. Dicho lo anterior, puedo insertar aquí -como si fuera una medalla- la siguiente frase del físico francés Henri Poincaré: “El científico no estudia la naturaleza por la utilidad que le pueda reportar; lo hace por el gozo que le proporciona, y este gozo se debe a la belleza que hay en ella. Si la naturaleza no fuese hermosa, no valdría la pena ser estudiada, y si esto ocurriera, la vida no sería digna de ser vivida”.

Corazón creativo

De hecho, anteriormente mencioné que La clave del Genio es la Creatividad, pero a esa fórmula se le puede sumar la pasión como fuerza motriz de las mayores hazañas. La creatividad es el corazón del Arte y la pasión, su ardiente sangre. Las obras de arte. que tan divinamente deleitan nuestros sentidos, no pueden ser menos que el resultado de una entrega intensa de tu autor… este se desgarra por completo en el proceso creativo hasta el punto donde no existe nada más que él y su interpretación de la realidad: Renace experimentando la máxima libertad posible.

Últimas consideraciones

Ser apasionado consiste en sentir intensamente cada segundo, bien sea como un rasgo de personalidad o como una filosofía de vida. Entonces, ¿Consideras que eres ardiente como un Sol o más bien estás apagado? Es perfectamente válido que no todo con lo cual entras en contacto te emocione o te cause cierta curiosidad, pero resultaría imposible que nada en este vasto mundo lo haga. Si todavía no encuentras la pasión en ti, quiero darte el siguiente consejo: Ámate a ti mismo. Acéptate tal y como eres. Reconoce la belleza en tu Ser. Finalmente, tu forma de entender la realidad está íntimamente vinculada con tu relación intrapersonal.


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