by El Rincón de Ika · Published junio 29, 2018 · Updated junio 20, 2018
El sol emite radiaciones constantes de distintos tipos de rayos, los más conocidos quizás sean los UV (con sus UVA, UVB, etc.) y los IR, pero el sol irradia muchos más tipos de luz que afectan a nuesto organismo, también de forma positiva como la síntesis de la Vitamina D la modulación del crecimiento celular, potencia el sistema inmune, reduce la inflamación, favorece la circulación sanguínea, etc. De ahí que si bien es importante controlar la exposición a los rayos solars, también sea igual de importante encontrar un equilibrio entre esa protección el acceso del cuerpo a los beneficios del sol.
Dado que estamos de cara al verano, que sean resistentes al agua será un punto a su favor, pero no por ello te olvides de repetir la aplicación del protector cada cierto periodo de tiempo durante el tiempo que te veas expuesto a los rayos solares. Es importante elegir un bronceador adecuado a tu tipo de piel; por ejemplo, si tienes la piel grasa busca un rpoducto que te matifique y si es sensible busca protectores que incluyan agentes calmantes para evitar la irritación.Para determinar qué grado de protección se requiere sobre una piel lo primero a tener en cuenta es el capital solar que actúa a modo de cronómetro o medidor para acumular los rayos recibidos y los acumula hasta su máxima capacidad, más allá de este punto es cuando se producen células dañadas que el cuerpo no puede reparar ni la piel es capaz de protegerse del resto de rayos solares que recibe. En este sentido es interesante destacar las afecciones que se desarrollan con los distintos tipos de rayos. A saber:
1. Rayos IR. Los rayos inflarrojos son los responsables dela elastosis solar, impiden la correcta oxigenación de las células y generan mutaciones en el ADN que impiden la formación de nuevos fibroblastos y la síntesis de nuevas fibras de colágeno y elastina. Todo ello, deriva en una disminución de la producción de moléculas. Por otro lado, estos rayos estimula la acción de algunas enzimas y mejora el flujo de calcio por la activación de los receptores de calor en la piel, pero, en general, son los responsables de la degradación en la cadena de proteínas del cuerpo.
2. Rayos UV. Aparte de las elastosis solar que acabamos de ver, también son responsables de la aparición de manchas oscuras. Tienen un papel importante en la síntesis de la Vitamina D y la melanina, pero también son los que generan mayor nivel de radicales libres en nuestro cuerpo. Hay muchos tipos de rayos distintos dentro de los UV, por ejemplo los UVA son realmente los que más manchas oscuras generan mientras que los UVB son los principales responsables del bronceado.
3. Luz Visible. Los LV o rayos de luz visible es la responsable de la producción de más de la mitad de los radicales libres que aparecen en nuestro cuerpo durante la exposición al sol. Exponerse a ella no solo deshidrata la piel, especialmente en verano, también provoca que la melanina actúe de forma irrgular en la piel dando lugar a la aparición de manchas.
Por tanto, a la hora de elegir tu protector solar delverano debes fijarte my bien sobre qué tipos de rayos protege, ya que el tradicional SPF solo se refiere a la radiación UVB, ni siquiera a la UVA, motivo por el que habitualmente lo puedes encontrar especificado en las cremas. Lo mejor es si ves en la etiqueta que contiene reparadores y protecores del ADN, más que el SPF concreto que lleven, ya que entre un SPF 50 o un SPF 100 la mejor elección vendrá determinada por el resto de filtros que incluya el producto. Por ejemplo, si se trata de evitar manchas es interesante elegir un producto con Vitamina C e y D, antioxidantes o activos concretos como el “polypodium leucotomos”, mientras que si buscas conseguir un bronceado rápido, lo mejor será un bajo, incluso un SPF 15, pero con un suplemento en betacaroteno y antioxidantes (como ves los antioxidantes siempre hay que buscarlos cuando hablamos de protección solar).Para saber qué crema bronceadora es mejor para cada tipo de piel, es importante también conocer los distintos tipos de protecciones que actualmente podemos encontrar en el mercado. Son:
1. Filtros físicos (inorgánicos). Dispersan y reflejan la radiación y en menor medida la absorben. Si bien sonlos típicos que dejan la capa blanquecina en el cuerpo, actúan a modo de pantalla y es el tipo más adecuado para las pieles sensibles porque ofrecen mejor protección en este sentido y no se fotodegradan.
2. Filtros químicos (orgánicos). Absorben la radiación ultravioleta y actualmente son de los más utilizados en el mercado.
3. Filtros mixtos. Combina la protección de las dos anteriores, reflejando y absorbiendo la radicación para eliminar sus efecto dañinos sobre la piel. Personalmente son mis bronceadores favoritos, ya que habitualmente surgen de estudios complejos y efectivos frente a la lucha del daño solar.
Hablando de bronceadores es improtante mencionar que el factor de protección debe ser igual en todas las zonas del cuerpo, aunque en el rostro, debido a la mayor exposición constante y las características de la piel de la zona, es recomendable utilizar un factor cercano al SPF30.
Por último, seguramente hayas escuchado hablar de bronceadores con protección baja, media o alta. En este sentido, comentar que esas afirmaciones se refieren al método COLIPA, un sistema de clasificación establecido por la Agencia Europea que realiza la siguiente catalogación:
1. Bajo: factor 2, 4 y 6
2. Medio: factores 8, 10 y 12
3. Alto: factores 15, 20 y 25
4. Muy alto: factores 30, 40 y 50
5. Ultra: factores de 50 para arriba
Como ves, esta catalogación es insuficiente ya que podemos encontrar un protecto que se quede en la categoría de “alto” y, sin embargo, ofrecer mejor protección contra el daño solar que otros productos de categoría ultra si no se combina con otro tipo de filtros de protección.