La nueva etapa del socialismo español, con Zapatero momificado y metido en el catafalco y con Rubalcaba mandando y repartiendo estopa, se ha iniciado con la artillería socialista disparando a discreción munición de insulto y suciedades políticas. Los insultos los han lanzado casi todos, pero los más destacados han sido los de Pepiño contra Rajoy, de índole sexual, y los del partido en pleno contra el alcalde de Valladolid, por sus declaraciones machistas contra Leire Pajín. Entre las suciedades destaca el nombramiento como candidato socialista por Benidorm de un tránsfuga políticamente deleznable. Detrás de las estrategias y de los cambios, siempre subsiste el mismo ADN del actual socialismo español corrompido, orientado hacia el abuso de poder, el gasto desmedido, las subidas de impuestos y la ruína de la nación.
Rajoy, cuya historia al frente del PP está plagada de cobardías falta de propuestas y silencios sospechosos, está acertando ahora al presentar 507 enmiendas para que el Estado socialista, despilfarrador y culpable del hundimiento político, económico y moral de España, ahorre y rectifique su injusta decisión de congelar las pensiones y hacer pagar la factura de la ruína de España a los pensionistas y a las clases medias. También han conectado con los anhelos de la sociedad su iniciativa para reformar el Estado de las Autonomías, un sistema insostenible que dispara el gasto, la burocracia y la ineficacia, y la privatización de servicios de trenes y aeropuertos.
Rajoy propone subir las pensiones recortando en gastos destinados a RTVE y a los sindicatos, dos capítulos subvencionados por el gobierno no en aras del bien general, sino porque con ellos gana más poder y control.
Con los 750 millones de ahorro que se conseguirían de la televisión pública del Estado y de los sindicatos, podría evitarse la congelación de las pensiones que impulsa el PSOE, una medida injusta y de una bajeza extrema, sobre todo porque Zapatero ha preferido esa vía que la de suprimir despilfarros y lujos en las administraciones públicas.
El Partido Popular presentó un paquete de medidas concretas que es su alternativa a los Presupuestos Generales del Estado de 2011, un paquete que incluye 507 enmiendas a las cuentas nacionales y recortes en diferentes capítulos por un valor total de 750 millones de euros.
Frente al ruído atronador, esencia de la estrategia nueva de Rubalcaba, el PP acierta al presentar medidas concretas para reconducir la ruta de España, que, bajo el mandato de Zapatero, se dirige, rauda, hacia el fracaso como pueblo, el desprestigio internacional y la pobreza.
Rajoy acierta lanzando el mensaje que la mayoría de los españoles demócratas y honrados quieren escuchar: 'basta' de despilfarro y de utilizar el dinero público para los intereses propios del PSOE y del gobierno. Al parecer, Rajoy es conciente de que el resurgimiento de España pasa, inevitablemente, por el adelgazamiento de un Estado que hoy es una aberración científicamente insostenible.