Se ha frustrado un nuevo intento de determinar la identidad de los hijos adoptivos de la Sra. Ernestina Herrera de Noble, dueña del Grupo Clarín. Los cotejos de ADN realizados contra las muestras almacenadas en el banco de datos de familiares de desaparecidos en la dictadura, han concluido que los hijos adoptados por Ernestina Herrera NO SON HIJOS DE DESPARECIDOS. Este asunto –que nunca debería haber dejado la privacidad de los interesados ya mayores de edad- ha generado una serie de escándalos políticos, denuncias por acosos y persecuciones judiciales y debates sobre la finalización de la causa, todo esto dentro del contexto de la pelea del Gobierno Nacional contra el multimedio.
Desde Noticias Falsas queremos contribuir al debate con una reflexión relacionada con la credibilidad de los medios.
El fallo demuestra el error de una hipótesis –que Marcela y Felipe Noble Herrera eran hijos de desaparecidos por las FFAA que fueron finalmente entregados a una familia adinerada- y también señala las interminables vueltas del poder judicial cuyos rituales permiten que muchas causas se prolonguen por años, pero LO QUE NO SE PUEDE DEDUCIR de la sentencia sobre la incompatibilidad de los ADN de Marcela y Felipe con el de los hijos de los desparecidos es que la credibilidad del diario Clarín y/o cualquier otro medio del Grupo sea mayor. Insistimos: El hecho de que los hijos adoptivos de los Noble no sean hijos de desparecidos de ninguna manera implica que los medios de Grupo informen mejor, ni que sus periodistas sean más hábiles o veraces ni que sus editores resulten personas más objetivas ni que la línea editorial o la ideología de Clarín hayan cambiado.
Argumentos apoyando esta afirmación probablemente escucharemos muchos en estos días, en cambio, seguramente van a escasear los que afirmen que -lo que desde Noticias Falsas estamos aceptando y publicando- también implica que la recíproca ES CIERTA, es decir: la sospecha de que los niños adoptados por Ernestina Herrera y su esposo eran hijos de desaparecidos tampoco le quitaba ni agregaba nada a la credibilidad ni habilidad de los periodistas, redactores, investigadores y demás profesionales que trabajaban para el Grupo Clarín.Y esto es lo que los progres y muchos creyentes de que “la madre de todas las batallas es la mediática” durante años se negaron a admitir, sintiéndose además autorizados a perseguir, acosar y burlarse de los periodistas, colaboradores, editores y lectores de Clarín que a sus ojos éramos desde moralmente defectuosos hasta cómplices de la dictadura por trabajar, leer o citar medios del Grupo …
Aburriríamos a nuestros lectores si les contásemos la cantidad de veces que nuestros argumentos y/o razonamientos “fueron refutados” porque la fuente de los datos o de las hipótesis mencionadas era del Grupo Clarín ... ¿Habrán aprendido la lección? ¡Lo dudamos!