Revista Infancia

Aclarando unos puntitos… (1ra Parte)

Por Janeth
Aclarando unos puntitos… (1ra Parte)
“Hola, he venido a hablarte en nombre de todos los niños y niñas del Mundo; y en el mío, por supuesto. Y quisiera comenzar aclarando algunos mitos que se tejen en torno a la infancia. Sabrá Dios quién fue el primero que los puso a rodar, pero la verdad nunca nos ha favorecido ni un poquito, al contrario, no hacen más que “mal ponernos” y justificar lo injustificable en cuanto al mal trato al que la mayoría ha querido que nos acostumbremos.
El primero es el de la manipulación. ¿De verdad piensas que hago las cosas con la intención de manipularte y lograr mis (según algunos) mezquinos deseos? ¿Te han convencido de que cuando lloro, tengo una rabieta o manifiesto mi descontento, mi única intención es la de fastidiarte el día? ¿Te has puesto a pensar el por qué las pataletas y rabietas de adultos (Y mira que son muchas) son justificadas mientras las nuestras con condenadas, mal llamadas y hasta ignoradas? Y eso en el mejor de los casos, pues el primer consejo que seguramente has recibido es el de "ponerme en mi lugar" a tiempo, para demostrarme de una vez quién manda.
Pues te quiero contar algo al respecto: mis rabietas, mis pataletas, mis enojos y mi llanto lo que persiguen, en primer lugar, es hacerte saber que estoy acá, que algo no me gusta, que necesito un abrazo, que necesito que me escuches, que tu aprobación es importante (IMPORTANTÍSIMA) para mí, que te amo, que te necesito, que requiero de tu tiempo y atención, que deseo ser escuchado, que quisiera que trabajaras un poco menos y, de ser posible, jugaras conmigo un poquito más.
En fin, la lista sería interminable. Sé que a veces aguantas mucho de tu jefe, de tus suegros, de tus vecinos, del señor entrometido que viaja en el asiento de al lado, del cliente extremadamente exigente que te presiona todo el tiempo, de la situación del mundo, y hasta de tus propios padres, en fin, de muchísima gente que también necesita ser escuchada y atendida, pero recuerda que yo soy tu hij@.
Mi necesidad de ti no es capricho o un antojo; es una necesidad vital. Tu atención para mí es tan importante como el agua y el sol lo son para las plantas. Mi salud, mi desarrollo psico-emocional, mi vida entera se construye sobre el trato que recibo de tu parte. Por favor, no dejes que los cimientos y pilares sobre los que creceré estén llenos de temor a ti, de rabia, de tristeza o de resentimientos que luego me costará muchísimo sanar.
Regálame aquello que tanto, y de verdad necesito…
Regálame tu tiempo, regálame tu amor, regálame tus brazos y tu mirada comprensiva. Necesito (Y lo digo en serio, lo necesito mucho) saber que siempre estarás allí para mí, en las buenas y en las malas… me porte como me porte.
Gracias por leerme. Me voy a jugar, a ser feliz y a pensar en ti, porque te amo tanto... y eres mi mundo… ¿Qué digo mi mundo? Eres mi Universo. 

Te amo tanto, que siempre estoy dispuest@ a perdonarte por el pasado. No te sientas mal, todos tenemos derecho a equivocarnos, y (afortunadamente) a rectificar.

Aún estamos a tiempo de ayudarnos mutuamente a crecer y a ser felices. Porque ambos lo merecemos!

Atentamente, y sin más que agregar... por ahora

Tu hij@”

Por Elvis Canino

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