Acoderm
Probablemente Acoderm no os suene demasiado, pero si digo Acofarma la cosa cambia, ¿verdad? Acoderm (o Acofarderm) pertenece a la asociación de cooperativas farmacéuticas Acofarma, que actualmente tiene su central en el Polígono Industrial de Santa Margarita, en Terrassa (Barcelona). Esta unión de farmacéuticos se produjo en el año 1947 y dio lugar a la implantación en España de las llamadas marcas de farmacia o de distribución (lo equivalente a las marcas blancas de un supermercado), con todas las ventajas que eso supone para los consumidores: productos con una composición tan cuidada como los de fabricante, mejor relación calidad-precio, gran oferta de productos para cubrir todas las necesidades de los clientes de la farmacia, etc.Acofarma engloba diversas marcas que proporcionan los artículos básicos que se pueden encontrar en una farmacia: Acofar (productos de diagnóstico, primeros auxilios, higiene femenina y bienestar general), Acoderm (dermohigiene, dermocosmética y protección solar), Acofarbaby (todo lo necesario para el cuidado del bebé), Acofarherbal (infusiones de diversas plantas medicinales), Acofarinas (bebidas y alimentos, en especial para dietas de bajo contenido calórico), Acofarlens (gafas para vista cansada), y Acofarvital (complementos alimenticios cuyo fin está relacionado con la belleza). El gel del que os hablaré hoy pertenece a la línea de dermohigiene de Acoderm.
Gel de algas y colágeno marino
El gel de algas y colágeno marino se presenta en un sencillo bote de plástico transparente que deja a la vista el color azul del producto. En la etiqueta identificamos el nombre Acoderm en grande, aunque también podéis encontrarlo por Acofarderm (en la web de la marca usan ambos indistintamente, así que se supone que no debe de haber ninguna diferencia entre ambos). El envase contiene 750 ml de gel, que como podréis imaginar duran muchísimo y van genial para el uso familiar. El precio, según marca la etiqueta que todavía tiene pegada, es de 2,20€. En una palabra: inmejorable. No olvidéis que solo se vende en farmacias y parafarmacias.Como se puede ver en las imágenes, es de color azul, tirando ligeramente a turquesa; una tonalidad que recuerda bastante al mar y a todo lo acuático, cosa que tiene lógica dados los ingredientes destacados del gel. Su aroma también va en esa dirección: huele a algas, a algo marino; pero eso sí, de forma muy ligera, que para mí es un punto a favor porque no me entusiasman estas fragancias y sin embargo esta me ha resultado agradable. También podemos definir el olor como fresco (no tanto como un gel cítrico o mentolado, pero más que uno dulzón, para hacer una comparación). La textura es más líquida que cremosa, suave y fácil de extender por la piel.
En lo relativo a la composición, debemos destacar su contenido en algas de la especie Fucus vesiculosus, conocidas por sus propiedades tonificantes y su elevado contenido en sales minerales y polisacáridos, que dejan la piel suave y revitalizada. Además, el colágeno marino mejora la regeneración natural de la piel y le aporta flexibilidad y elasticidad. Cabe destacar que tiene un pH 5.5, es decir, acorde con el pH natural de la piel, por lo que la respeta y no debilita las barreras de protección (parece una tontería, pero hay geles que se fabrican con otro pH y no cuidan tanto nuestra epidermis). Lleva el símbolo del conejo que muestra que no está testado en animales.El gel está indicado para regenerar y tonificar la piel, por lo que resulta especialmente interesante para pieles castigadas o estropeadas, y también para aquellas que tengan tendencia a estar secas. Yo pertenezco a este último grupo, de modo que en principio parecía un buen gel para mí. De todos modos, y más cuando se trata de geles de ducha, recomiendo no dar demasiada importancia a estas observaciones: el gel es apto para todo el mundo, lo importante es que cuida la piel y eso a nadie le viene mal. Además, por su tamaño, está genial para el uso familiar y diario.
Resultados
Limpieza:Empecemos por la función más básica. Tal y como era de esperar al tratarse de un producto de marca de farmacia, este gel de ducha de algas y colágeno marino proporciona una gran sensación de limpieza desde el primer uso. Se extiende perfectamente por la piel, su textura resulta agradable y, a pesar de que no me ha parecido especialmente espumoso, limpia en profundidad. Ah, y por supuesto, basta con usar muy poca cantidad para observar resultados; el gel cunde muchísimo (y los 750 ml duran mucho tiempo). No tengo nada que objetar en este punto.
Hidratación:
Ante todo, hay que reconocer que no es un gel específicamente indicado para hidratar la piel (para eso sería más adecuado el de avena o el de aceite de oliva), por lo que si añado este apartado es por puro deseo mío, no para comprobar unas hipotéticas promesas del gel. Dicho esto, debo decir que el producto limpia la piel sin agredirla, puesto que no noto sensación de tirantez después de usarlo. Se podría decir que cuida la piel y la hidrata un poco, aunque para notar una mejora en este aspecto lo mejor es compaginar su uso con una buena crema o leche nutritiva.
Ese aroma marino del que os hablaba se convierte en una suave fragancia agradable que se aprecia muy levemente en la piel al salir de la ducha (para mí no es ningún problema, no se puede esperar que un gel de ducha te perfume la piel). Me gustaría comentar que hace tiempo usé un gel de Deliplus parecido (de algas o algo similar) y, aunque en el envase me gustaba su aroma, una vez en la piel me resultaba de lo más desagradable (era una cosa extraña, no sé si manías mías o que simplemente el olor no congeniaba bien con mi tipo de piel). Me daba miedo que volviera a ocurrirme lo mismo con este de Acoderm, pero no fue el caso: lo poco que se aprecia de la fragancia en la piel, huele bien.
Efectos regenerantes y tonificantes:
Estos son los resultados que promete el gel. Sinceramente, no puedo deciros si resulta verdaderamente eficaz en ellos, ya que como he comentado antes no tengo la piel especialmente castigada (tan solo un poco seca) ni tampoco me hace mucha falta tonificar. Lo único que puedo aportar es que, al igual que no noto que el gel agreda la piel, pienso que esto se debe a los agentes regenerantes y protectores que contiene, de modo que supongo que en la práctica sí que son efectivos. En cuanto a la tonicidad, nunca he creído que un simple gel de ducha pueda hacer gran cosa al respecto; lo mejor es hacer un poco de ejercicio y si acaso usar una buena crema reafirmante o anticelulítica para completar el tratamiento.
Finalmente, solo me queda añadir que estoy muy contenta con el producto. Ha cumplido perfectamente mis expectativas: es un gel que huele bien, deje la piel limpia y no me hace sentir esa incómoda sensación tirante al salir de la ducha. No le pido más. Es cierto que estas expectativas pueden variar en función de los deseos y costumbres de cada uno (si estáis acostumbrados a geles y jabones de perfumería con aromas exquisitos, probablemente este os parecerá del montón), pero, teniendo en cuenta lo que es (un gel de marca de farmacia apto para el uso familiar), me parece más que decente y por eso no puedo verle ningún defecto. No me arrepiento de la compra, y si algún día se me pasa la afición a los jabones sólidos de Lush, no descarto volver a comprarlo, este o cualquier otro de la línea Acoderm.