Revista Cultura y Ocio

Acorazado Potemkin: les tiene que tocar

Publicado el 11 octubre 2014 por Tucho
Acorazado Potemkin: les tiene que tocar
Vamos a contarlo con la exactitud que merece: el 17 de septiembre caímos con las queridas Miriam Maidana (amiga virtual de años, desde que hacía Vida de ratas en Stay Free; psi-punk con quien nos debíamos un encuentro hace mucho tiempo) y Victoria Schwindt (a estas alturas la fotógrafa oficial de toda entrevista que vean en este espacio) a la sala de ensayo de los también queridos y geniales Acorazado Potemkin. Sería preocupante a estas alturas tener que explicar de quiénes hablamos cuando decimos Acorazado Potemkin. Simple: AP es uno de los últimos grandes sacudones eléctricos del rock argentino emergente, un trío de músicos avezados, de experiencia, rock and roll y letras, que en cinco años y dos discos construyó su propio idioma a base de arrabal, espíritu punk y espesor sonoro.
El encuentro con el trío fue fructífero: Juan Pablo Fernández (voz y guitarra), Federico Ghazarossian (bajo) y Luciano Lulo Esain (batería y voz) me hicieron comprender en la charla que mantuvimos por qué el grupo funciona tan bien. Acostumbrados a un rock de cantantes-líderes, ver que los tres hablan mucho y con tanto entusiasmo, explica también (tan bien) la química que lograron. Tanto que se lanzaron a hablar casi sin necesidad de que se les pregunte nada. La primera revelación llegó al ver una bolsa de pan en la mesa de la cocina, no bien ingresados a la sala. Y Lulo que cuenta:
-Está bueno ensayar temprano, desayuno unas frutas, cuando llegamos hacemos unos mates y arrancamos. Cuando estábamos preparando el disco, Juan caía con el pan del facho y ese era el desayuno...
SS: ¡No me digas que el facho de la canción [justamente, titulada El pan del facho] existe!
LE: ¡Claro! ¡Y el pan es buenísimo! (risas). Juan venía con la bolsita de pan: "éste es el pan del facho, éste es el pan del facho"... y lo metió en un tema el hijo de puta (risas).
SS: Los escuché contar en Rebeldes, soñadores y fugitivos, el programa de radio de Eduardo Fabregat, que vos y Federico no supieron algunas letras hasta que se grabaron.
LE: ¡Boludo, hizo la primera toma y nos paramos a aplaudir! ¡No lo podíamos creer! (Más risas).
***
Después de la revelación, esperamos que llegue Miriam (amiga de años de Juan Pablo, además). Los AP ponen el agua y cuando la dama llega, saludos de por medio, arrancamos. Con la sola mención de la palabra Remolino, su segundo y magnífico disco recientemente editado, el trío se larga a hablar. Ésta va a ser la primera de tres partes de lo que fue una charla antológica.
Los dejo con ella.
NOTA: Santiago Segura y Miriam Maidana
FOTOS: Victoria Schwindt
Acorazado Potemkin: les tiene que tocar
SANTO REMOLINO
JPF: Lo único que puedo decir, o lo que me gusta decir -porque ya venimos hablando hace un rato del disco- es que siempre nos pasó lo mismo: ensayando, ensayando y ensayando, encontramos un momento en el cual, entre el demo y no sé qué, el disco aparece. Porque algo así pasó. Nos pasamos dos o tres años tocando Mugre, con orgullo y placer, hasta que en un momento dijimos “bueno, paremos un poco porque estamos saturándonos”.
SS: Además, Mugre primero fue subido a Internet y se editó en físico después, les llevó mucho tiempo.
JPF: Y para llegar a grabarlo habíamos estado como dos años tocándolo, cual primer repertorio de la banda. Entonces nos dijimos “bueno, paremos un poco, dejemos de tocar, aflojemos” y medio que decidimos no atender el teléfono, lo cual es difícil para un grupo independiente porque siempre te están llamando para hacer algo. Y entonces uno dice “sí, sí, sí...". Y no, basta, cerremos el teléfono, no escuchemos más nada, pero el martes te llaman y te dicen “che, hay un festival en el Zaguán, ¿quieren venir a tocar?”, y todo el mundo lo hace con la mejor buena onda y no podés decir que no. Entonces tenés que reafirmar todo el tiempo ese lugar, de las puertas para adentro de la sala de ensayo, tu independencia. Y llegó un momento en el que realmente no tocamos por tres o cuatro meses: ahí hicimos un demo con Manza, y sentimos que apareció el disco en ese momento. Y una vez que aparece el disco, aparece otra ansiedad...
LE: Decir que apareció el disco es decir que apareció una cantidad de temas con un hilo conductor, quizá no temático, una forma de hacer las cosas y de resolver las canciones. Es un poco como que se encadena todo, se arma una especie de catarata, un día resolvés una canción y al otro día otra. Otro día venís con una idea y se arma al toque... Como que abrís un placard y caen todas las cosas juntas.
JPF: Llega un momento que estás tan en gimnasia que aparece una idea nueva o alguien dice “yo tenía este tema medio colgado” y bum, sale.
FG: Sí. Hay dos temas (Miserere y La otra calle) que ya venían de Mugre, habían quedado afuera. Y después, los demás... El tema más nuevo es Sabés
JPF: Y hay un tema tuyo que lo tenías de antes.
FG: Cerca del sol, que lo tenía de hace como ocho años pero tenía la parte A y nunca había resuelto la parte B, la resolví hace un año. Y después hay uno que trabajamos mucho, que fue…
JPF: (Interrumpe) Remolino.
FG: No, yo digo otro (risas).
JPF: Pero Remolino lo empezamos a tocar en Dorrego.
FG: No, pero yo digo el lento, ¡no me sale el nombre, boludo! (Más risas).
LE: ¡Y no hace tanto!
FG: ¡Y no hace tanto! Ése lo tocamos durante un año sin letra, lo ensayábamos a full y estaba cocinado hasta que apareció la letra. Pero lo veníamos tocando hace mucho, estaba la melodía y no la letra. Era un tema raro para nosotros, yo siempre decía que era un "tema Otis Redding" (se ríen los otros dos de fondo), aunque de Otis Redding no tiene nada, capaz que la parte A, un poco por cómo está tocado.
LE: Ése riff lo ponés en caños y te queda más Otis Redding, le decíamos Navidad porque era medio un villancico (risas). Y yo hacía unos cascabelitos de Papa Noel con la pandereta (más risas), pero después no los grabé.
JPF: Che, yo estoy haciéndole honor a las masas que trajo Miriam, que están deliciosas, una vergüenza (carcajadas). Igual con ésta ya estoy.
LE: Yo ahora me voy a comer otra de esas de kiwi, que están mortales (risas). Pero volviendo, la cosa es que sí, le decíamos Navidad. Y el tema con la letra de Yayo [Cáceres, se refiere a Pintura interior] también era un tema viejo de Juan.
SS: Agarraron algunas cosas del cajón entonces, para reformular.
LE: Lo que pasa es que está bueno, vos tenés temas que quedaron y que sabés que la idea está buena o que querés ver qué hacen los demás con eso.
SS: Supongo que quizá arrastran cosas que no entraron en otros proyectos, ustedes que tuvieron y tienen muchas bandas.
FG: Con Cerca del sol pasó algo así, yo un día se lo presenté a [Me Darás] Mil Hijos para que entrara en Santo remedio, lo tocamos dos veces y no entró. Y yo estaba con una leche... porque hacía años que lo tenía, y me costó mucho la parte B del tema porque es un cambio de menor a mayor que no sabía por dónde resolverlo; y el día que lo resolví me dije “quiero hacer este tema, antes de morirme quiero grabarlo”.
JPF: (Sereno) Sos trágico… (Risas).
FG: Bueno, pero eso más adelante (más risas). Tal vez también pasa que vas cerrando cosas… Miserere es un tema que lo dimos vuelta de todas las maneras posibles, que lo venimos tocando desde Mugre y siempre le cambiamos algo; recién se asentó el último año.
JPF: Hay temas y hay letras que se templan con el tiempo, como si fueran las guitarras o los aceros. Pasa el tiempo y no sabés porqué, no sabés bien si es que uno lo toma distinto o eso se templa. Pero había algo que evidentemente estaba en la sustancia que perdura, que permanece. Y a pesar de todo eso, me parece que -y esto es algo que te quería decir desde el principio- una vez que lo encontramos, le metimos pata para armar una producción y grabar rápido, sacar algo en días. En marzo se grabó, en abril se mezcló, en mayo se masterizó... Tratamos de recuperar esa urgencia que tiene el entusiasmo, porque es lo más lindo que tiene el rock y estar con la banda.
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MM: Es que si no, no entregarías nunca el disco: ése es el proceso de escritura y está relacionado con, de alguna manera, evitar la muerte y crear una trascendencia. Hay un momento en el que lo tenés que entregar; probablemente a los diez años le cambiarías todo… 
FG: Igual, nosotros tenemos un concepto bastante expeditivo, en el sentido de que cuando grabamos, queremos que al mes esté terminado todo. Lo hicimos con Mugre y también con éste.
JPF: Ya es política de la casa.
FG: Lo que menos querés es guardarte el disco, con Mugre hicimos eso.
SS: Bueno, en ese caso también porque era el primer disco, había que tener algo para mostrar, sólo tenían el MySpace.
LE: Te come la ansiedad. En el primer repertorio del grupo la banda no tenía disco y había que tocar eso y sacarlo.
MM: Pasa también que el estudio no es muy apasionante tampoco… 
JPF: ¡Sí, el estudio sí! ¡Para mí sí! (Risas).
LE: Sí, ¿el estudio? Pffff (Más risas).
MM: Es medio neurótico, ¿o no?
JPF: Nooo, te tenemos que invitar, te tenemos que invitar (repite convencido).
FG: Lo que pasa es que capaz después no escuchás más el tema, entonces es clave. Yo escucho el disco ahí, sale de fábrica y después no lo escucho más.
JPF: Trabajamos para que en esos días no haya más que tocar, entonces laburamos mucho la previa. Y vas descartando, vas sacando... hay temas que ni se proponen porque ya está, no somos de esos grupos que laburan treinta temas.
LE: Igual, en el estudio laburás haciendo un equilibrio entre el presupuesto que tenés y el tipo de grabación que querés hacer. De repente ahí dijimos “con tres días vamos a estar bien”. Qué sé yo... estaría bueno que fueran más (risas).
FG: A veces está bueno boludear un poco en el estudio, pero estás con una presión de tiempo y de guita que no podés hacerlo.
LE: Esos días los exprimimos mucho. Era grabar los temas, editar las tomas y después, al final de la sesión, grabar las voces de él (señala a Juan). Tenía que estar la toma madre del tema terminada para que él pudiera cantar encima. Eso fue lo que hicimos, y nos fuimos del estudio con todas las bases grabadas y todas las voces metidas.
JPF: Menos los coros de Lulo.
LE: Las mías las metimos después en dos días, en otro estudio.
FG: No nos dio el tiempo en ION para meter todo.
SS: ¿Mucha plata?
JPF: Hubiera sido un día más, no era tanto. Pero en un momento tenés que cerrar, sino te volvés loco. Tenés que decir “tengo esta plata para tres días”, y ahí hacés una mini producción: a la mañana graba tal, a la tarde graba tal, y esto nos va a llevar una mezcla en otro lugar por tantos otros días. Y hablás con el sello… No sé, te obliga a hacer una síntesis de cuánto vas a disponer. Y por supuesto, hay gente que tiene más presupuesto, o más neurosis como decía Miriam, y de repente al cuarto día quiere hacerlo todo de vuelta. Por suerte a nosotros no nos pasa y disfrutamos mucho el proceso para que eso no pase. Pero hay algo que sí tiene de raro y es que vos tenés que ir a hacer lo correcto, no podés confiar en la cosa mágica, emotiva...
SS: Las pelotas mágica…
JPF: ¡Las pelotas mágica! (Risas). Tenés que levantarte a las 7 y media de la mañana, llegar a las 10, y a las 11 confiar en que va a salir todo lo que estuviste ensayando y se va a recrear. ION ayuda y Manza [Esain, hermano de Lulo y coproductor del disco] ayudó. Y la experiencia nuestra, y que nos gusta el desafío...
LE: Eso, que nos gusta estar grabando. Es divertido buscar el sonido...
JPF: Y también concentrar las fuerzas, porque entre la familia, el trabajo, los otros proyectos, la vida misma… Si estuviéramos 15 días encerrados capaz el resultado sería negativo. Pero así es como un extracto de tomate, está muy, muy condensado, muy fuerte. Y ahí vos podés realmente abstraerte de eso. Y alrededor tuyo es una alegría: “papá está grabando” (risas).
LE: Los días de mezcla también fueron así, cuatro días en los que estuvimos mezclando desde las 10 de la mañana hasta las 11 de la noche, abocados a eso. Estuvo re bueno...
Acorazado Potemkin: les tiene que tocar
SS: ¿Hubo mucha lucha durante la mezcla o tenían todo tan claro que no hizo falta?
JPF: Noooo. Hubo más discusiones en esos cuatro días de mezcla que en las grabaciones... Esas cosas que pasan.
SS: Y eso que son un trío...
FG: En realidad acá era un cuarteto, porque también discutíamos con Manza (risas). Entre nosotros, con Manza… (Más risas). De última, es afinar los conceptos estéticos, la estética final. Y cuando está tomada la decisión final, ya está. No es una decisión de uno solo.
LE: Además elegimos una manera de mezclar, que fue haciéndolo en consola analógica...

JPF: ¡Le sacábamos una foto a las perillas!
LE: Porque terminado el tema, pasas a otro y moviste todas las perillas, no es que abrís la sesión y lo mezclás de nuevo porque no te gustó. Quedó y quedó. Cerca del sol, que creo fue el primer tema que mezclamos, fue el único tema que Manza remezcló. Vino, miró la foto que le habíamos sacado a la consola, a las perillas, puso todo en el mismo lugar y lo rehizo.
SS: ¿No les había gustado a ustedes o a él?
LE: No, fue a Manza al que no le gustó. Dijo “a éste lo puedo hacer mejor” y lo volvió a hacer.
SS: Para ustedes estaba perfecto.
JPF: Sí, son detalles. Me parece que este grupo tiene algo muy lindo: que es muy generoso. Esto que decía Fede recién, llega un punto en que decís “a mí me gustaría que suene esto un poquito más así”, pero después pensás “bueno, ya está”. Y en ese sentido, al trabajar con alguien de afuera que ocupe ese rol de productor, de última decís “bueno, a ver qué opina el productor…” y eso baja un poco la cuestión. Pero en general trabajamos y discutimos mucho en la previa, en el método. Igual siempre va a haber un margen de error, de duda en todo. Si vos estás discutiendo adónde vas a grabar, cuándo, cuáles temas vas a grabar, cuántas tomas vas a hacer… Una vez que te pusiste de acuerdo en eso, lo demás es natural. Y después, sí, estás sobre un piso de si es naranja claro, naranja oscuro, naranja mostaza; ya son matices.
MM: Entonces no es una cuestión económica. A mí siempre me llamó la atención que Los Brujos o Los Twist grabaron unos primeros discos espectaculares en poquitas horas de estudio y después, cuando les dieron un mes para grabar, reventaron. Terminaron todos peleados y con producciones bastante malas.
JPF: Es probable, no conozco los casos particulares, pero puede ser...
FG: Antiguamente, en los ’80, se grababa durante una semana la música. Y tenías días para boludear… Los Twist grabaron su primer disco en treinta horas, creo, algo que para esa época era raro.
MM: Sí, y después cuando Grinbank les puso la guita se mataron, terminaron todos peleados.
JPF: Si nosotros hubiéramos tenido un cuarto día, ya era de ricos directamente (risas).
MM: Pero imaginate un mes.
JPF: El otro día hacíamos un chiste con eso: si nos daban toda esa plata comprábamos un auto y lo laburábamos durante la semana (carcajadas).
SS: Hay una decisión ahí, de decir “no necesitamos dos meses para grabar”. Quizá hasta les haría mal estar dos meses grabando, por el método que tienen.
JPF: Sí, no sé... Son formas distintas.
FG: Sí, las veces que grabé discos muy largos, llega un momento en el que te quemás. Y a veces pasa que perdés el hilo conductor y el objetivo al que tenés que llegar. Se va perdiendo la energía que sale de decir “tal día vamos a grabar y tal día vamos a mezclar y ya está, loco”.
SS: Lo que decían hoy, que el disco “apareció” y ése es el momento para que pase todo.
JPF: Sí, está esa cosa entre lo amateur y lo profesional, ese entusiasmo, y creo que nosotros hacemos un esfuerzo grande por tratar de recrear siempre ese impulso original, esa chispa. Todo lo que sea franela o estirar, te la baja… con perdón, pero es un poco así (risas).
LE: Además juega esa ansiedad de la que hablamos, propia del material nuevo que lo grabaste y ya querés ir a escucharlo a tu casa y mostrárselo a alguien, entonces decís "terminémoslo, dale, que salga".
JPF: Además, con esto de subirlo gratis a la web, estábamos en un reportaje con Fabregat y de golpe nos empiezan a decir “¡ya está, ya salió!” (Risas).
MM: Estábamos todos escuchándolos y se empezó a replicar en ese momento que había salido.
FG: Lo que pasó es que tuvimos problemas con el servidor. Un pibe nos pasó Mediafire, nos dijo que iba a andar bárbaro y estuvimos probando, pero hubo problemas... Y cuando salimos de lo de Fabregat de golpe nos dice “che, ya se puede bajar”.
JPF: Esas cosas después terminan siendo lindas, pero como decíamos recién: cuando vos vas hacia allá (señala hacia adelante) puede haber algunas cosas: que el horario, que el servidor falló, que la descarga, pero si vos estás de acuerdo y concentrado...
SS: En todas las entrevistas que les leí post-Remolino recalcan mucho que hicieron un laburo importante de recorte, para llegar a una síntesis. ¿Qué otras cosas le ven distintas al disco respecto de Mugre? ¿Volvieron a escucharlo?
JPF: Yo esta semana lo estuve escuchando, sí. Y además estamos ensayando mucho Remolino porque lo vamos a presentar por muchas ciudades. Estamos como una pantera adentro de la jaula porque todo esto que hablamos… ¡E hicimos un solo show! [nota: Al momento de la entrevista aún no habían tocado en Plataforma Lavarden, Rosario, ni en Uniclub, únicos show que hicieron entre la nota y su publicación].
LE: ¡Es verdad, un solo show! ¡Hicimos un solo show! (Lo dice entrecortado por las carcajadas).
MM: Bueno, pero fue el del San Martín.
JPF: Ahí está de vuelta: “papá tiene que tocar” (risas). Y la cuestión es ésa, que lo estamos ensayando mucho, y ahí lo reescuchás y lo volvés a entender, qué sé yo. Pero bueno, no me acuerdo qué me habías preguntado antes...
SS: Sobre las diferencias con Mugre. Algo que noté que es evidente es la participación vocal de Lulo, casi como un segundo cantante de la banda, ¿puede ser?
JPF: Sí, sí, eso es deliberado, en todos los temas hay coros. En un momento hasta se habló de eso...
LE: Puede ser, creo que lo que logramos es que estén mejores las voces, no sólo en la grabación, en general: en la interpretación, en el color.
FG: Hay tres años de rock de la banda, que se asentó en cuanto a la personalidad de cada uno y la general. De alguna manera también se articuló todo para que en cuatro meses sacáramos once temas, antes habíamos tardado más. Ya hay una forma de trabajo. Después veo eso que dijimos en las notas del poder de síntesis: donde hay mugre, hay mucha mugre; y donde se baja o se va a otros lugares, se baja más. Las diferencias son más notables que en Mugre: cuando hay que romper, rompés.
JPF: Yo también siento eso: cuando hay balada o pop, es más luminoso; y cuando es oscuro, es más oscuro.
SS: ¿Creen que con este disco ya llegaron a una síntesis de su estilo, o se puede profundizar?
JPF: Y, no lo sé, no lo sé... Lo que sí creo es que salió el disco que queríamos hacer. El tiempo dirá en qué lugar queda dentro de la obra de la banda, o cuáles temas quedan en el repertorio. Eso no lo podés saber.

LE: Lo que está bueno es que Remolino a la vez reafirma el estilo que la banda había planteado en Mugre. Lo escuchás y es la misma banda, no es otra cosa, en ese sentido también está bueno porque parecía que la gente quería un poco más de eso que habíamos mostrado en el primer disco y a la vez suena diferente.
JPF: Algo lindo que pasa con este disco, que nos da una inyección de confianza, es que siempre te dicen “el mejor tema es tal, el mejor es éste”.
SS: Dejame adivinar: en este caso les mencionan todas canciones distintas.
JPF: Sí, ahora nos tiran todas distintas. Entonces debe estar bien. El tiempo dirá de verdad qué queda y qué nuevo puede salir. A mí siempre me gusta lo nuevo. Y somos curiosos, no nos vamos a quedar en el disco que hicimos.
*Acorazado Potemkin presenta Remolino hoy, sábado 11 en el Centro Social y Cultural Olga Vázquez (Calle 60 entre 10 y 11, La Plata) a las 0 horas. Banda invitada: El Belafonte.
El jueves 16 se presentarán en el marco del FestiZAS junto a Los Rusos Hijos de Puta, Las Bodas Químicas y López. MC: Ezequiel Ábalos; DJ: Marcelo Iconomidis.

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