Revista Empresa
Ciertamente no hay dos ventas iguales y de la misma manera no hay dos compradores iguales. Vender un dulce en un supermercado es muy diferente a vender cientos de metros cúbicos de concreto premezclado a un constructor de obras públicas. Cada una de estas ventas tiene su proceso, personajes involucrados, intereses intrínsecos y tiempos de ejecución.Sin embargo, en cualquier país desarrollado o en vías de serlo el 90 % de las ventas se producen en un ambiente que se asemeja más a vender un dulce o un reproductor de blue-ray; la decisión de compra bien pudiera ser ahí mismo o pudiera darse en cuestión de horas o días.Normalmente los negocios solo hablan de “acortar “el cierre de ventas cuando tratan de cumplir la “cuota mensual” que su gerente o director les ha pedido. Muchas veces tienden a pasar de largo un par de factores que realmente inciden en el resultado general de la empresa:
a) El tema financiero. Sin duda un peso ahorita no es lo mismo que en un mes ó en un año. El tiempo es dinero y el cerrar al venta hoy o en tres mismos bien podría valer lo mismo desde un punto de vista abstracto pero financieramente y en cuestión de flujos bien podría hacer toda la diferencia del mundo.b) El tema del tiempo. Cerrar rápido una operación de venta recorta el tiempo y recursos que un agente de venta incurre directamente al tratar de vender a un crédito escurridizo. El asesor de venta debe de tener muy claro en qué momento del ciclo de venta se encuentra su prospecto (nadie dijo que identificarlo fuera fácil). Tal vez el prospecto esté listo para comprar hoy mismo o tal vez lo haga en un año.Como sea la conclusión es importante no perder de vista el ciclo del cierre de venta. Muchos asesores y personal de marketing y ventas se concentran en los números “abstractos“ aún cuando hay toda una historia detrás de los mismos.
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