A los niños de entre 1 y 3 años (y más) les suele gustar, y mucho, jugar con los gomets o pegatinas. Desde que Marcela era pequeñita hemos tenido en casa infinidad de rollos de gomets de un montón de formas, colores y tamaños; tengo una amiga muy aficionada y empezó regalándomelos ella, y yo acabé haciéndome fan. Bruno los ha estado usando hasta hace poco.
Se pueden utilizar para infinidad de cosas, y no todo han de ser juegos como los que os cuento abajo; nosotros también lo hemos usado para la tabla de recompensas, por ejemplo. Pero bueno, en este post nos centraremos en un uso más lúdico, con actividades con los peques.
Los que veis en la imagen son los dos primeros libros de "primeras palabras" que han tenido mis hijos; el azul fue el de Marcela y el amarillo el de Bruno. Imagino que conocéis este tipo de libros, pero vaya, resumiendo, son libros en los que hay imágenes de objetos (o partes del cuerpo, o números...) con su nombre. Con estos libros y los gomets jugábamos de dos formas:
- Cuando aún no sabían hablar: Yo les nombraba alguna de las imágenes y ellos ponían el gomet en el dibujo correspondiente, o lo intentaban. Una buena forma de conocer palabras nuevas y empezar a trabajar conceptos como los colores, los números...
- Cuando saben hablar, se puede hacer al revés, tú pones el gomet sobre un dibujo y ellos te dicen el nombre. Por supuesto se puede jugar combinando las dos formas.
La verdad es que con Bruno, por eso de ser el segundo y no poder dedicarme igual, no jugamos tanto con este libro, pero con Marcela era nuestro principal entreteniemiento, le encantaba. No sé si influiría o no en que hablara tan pronto como lo hizo, pero a ella le gustaba y con eso basta.
Nosotros para esto usábamos un solo tipo de gomet, todos iguales. Y al menos en estos libros, y sobre todo en el azul, los gomets se quitaban fácilmente y sin apenas dejar rastro, así que imaginad el tute que le estuvimos dando.
Puede hacerse partiendo de cero, aunque para que lo hagan ellos quizá son pequeños aún, así que puede hacerlo el adulto y que ellos adivinen de qué se trata; seguro que alucinan viendo cómo aparece un dibujo solo usando gomets.
Para que lo hagan ellos, lo ideal es que usen los gomets para rellenar una silueta sencilla y grande. Podemos dibujarla nosotros mismos ocupando todo un folio, y ya tiene entretenimiento.
Déjales un montón de gomets de diferentes tamaños, formas y colores y una simple caja de zapatos o un bote y verás qué obra de arte te hacen. Lo mejor es lo orgullosos que quedarán y lo que les gustará usarla para guardar sus tesoros. Esta actividad es genial cuando son algo mayores; Bruno aún lo hace de vez en cuando.
Puede hacerse de muchas maneras, por ejemplo, dibujas un círculo grande en una hoja y le dices que ponga los gomets cuadrados de color rojo fuera y los gomets redondos verdes dentro; también es una buena forma de trabajar los contrarios. Así con un montón de ejercicios, de los que seguro se os ocurren mil. Y ya veis qué fácil, solo con folios, lápiz para dibujarles y los gomets.
Está quizá para mayorcitos. Se me ocurre, por ejemplo, coger un folio, trazar líneas de forma que queden columnas, en las que en la parte de arriba escribiremos los números, uno por columna y cada uno de un color. El peque deberá poner en cada columna tantos gomets como indique el número y del mismo color que hemos usado para escribirlo.
Espero que este post os inspire y se os ocurran muchos usos para los gomets; estoy convencida de que a vuestros peques, sobre todo a los de entre 1 y 3 años, les encantará. Y yo estaré encantada de que me lo contéis.