Supongo que la historia la conoceis. Corría el año 1970, séptimo partido de las finales de la NBA que disputaban los New York Knicks frente a Los Angeles Lakers. Constelación de estrellas a ambos lados de la cancha. Los Knickerbockers había marcado una record de victorias para la franquicia ese año (60) y disponían del factor cancha a su favor. Del lado visitante, Jerry West, Wilt Chamberlain y Elgin Baylor encabezaban la escuadra púrpura, y del otro Walt Frazier, Dave Debusschere y... ¿Willis Reed? Imposible. Willis había sufrido una lesión muscular en el quinto partido de esas finales, y su presencia era imposible. ¿O no?
Bill Bradley, que posteriormente sería senador por New Jersey y candidato a la presidencia del partido demócrata, jugaba también en esos Knicks. El apoyo y la confianza que Bill le ofreció a Willis previo al séptimo y definitivo partido contra Lakers sirvió de aliciente para que el legendario pívot se levantara cual caballo de Espartero y tratara de hacer lo posible en el partido. Espoleados por el ímpetu de su capitán, los Knicks vencieron a Lakers en un partido para el recuerdo, y a su vez, consiguieron el primer anillo de su historia.
Sin ánimo de querer repetirme innecesariamente, la NBA está siempre a la altura de estas efemérides. Ayer se rindió homenaje a los héroes de dicha final, transcurridos 40 años desde entonces. He aquí el vídeo:
Dedico este artículo por supuesto a nuestro compañero General Espartero y a su familia, en especial al Generalito que pulula entre nosotros desde hace pocas fechas, a buen seguro aprendiz de todo el conocimiento canastero de su ínclito padre. ¡Felicidades!