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Actual Play: La Puerta de Ishtar - Esclavos de sus deseos

Publicado el 11 diciembre 2013 por Oligbert
El viernes, aprovechando que era festivo y no teníamos planificada ninguna partida, nos reunimos en mi casa para una nueva sesión de La Puerta de Ishtar. Si en la anterior reunión jugamos “Belleza Ebúrnea” (entrada que hacía que llegasen al blog búsquedas peliagudas y de dudoso buen gusto) esta vez tocó “Esclavos de sus deseos” y, así, terminábamos las dos partidas que viene en el kit básico (libro + pantalla).Esta vez faltó +Gica Sabinescu y entró +Carlos Huertos   . El resto de jugadores de la anterior sesión (+factor freak , +Carlos del Pozo  y +Gorka Eguileor) completaron el grupo que se aventurarían en Kish en plenas celebraciones de Año Nuevo.

Actual Play: La Puerta de Ishtar - Esclavos de sus deseos

¡Empiezan las campanadas!

Si has leído la aventura, que viene en el libro básico, habrás visto que en realidad son una serie de escenas, con unas cuantas tramas de fondo, que tienes que hilar tú en para crear la aventura. En mi caso, y aunque hay una tabla indicando qué escenas son obligatorias y cuales no, cambié el orden de escenas y su obligatoriedad en base a lo que hacían los jugadores. Aproveché un momento en que el grupo se separó para meter unas escenas y pistas que pusieran en aviso al grupo de que en Kish había más de lo que pensaban. La aventura fue bien o, al menos, a mí me gustó como la llevaron los jugadores. Costó arrancar, sí, porque ellos salieron de Uruk hacia Kish y dos semanas por el desierto con un fenicio pueden hacerse muy pesadas. Afortunadamente luego fue todo como la seda y resolvimos la sesión en seis horitas, con parada para cenar.Para no destripar nada, frases como “nos piramos ahora mismo y que le den por culo al fenicio”, “¿quién coño me ha dicho que este sitio era el paraíso?” o “tengo que aprender brujería” estuvieron a la orden del día. La paranoia también se hizo hueco en la mesa cuando, una vez descubierto el complot de Uktannu, veían gente con tablillas en las muñecas por todos lados, sabiendo que lo que pasaba allí era gordo, gordo, gordo. La escena final, con los Pj subiendo por el zigurat hasta la cima, casi deja en el camino al personaje de +factor freak; y es que veinte Gudapshu, por muy débiles que sean, son un número lo suficientemente elevado como para dejar a un buen grupo bastante mermado, y más si lo que haces es poner una barricada y aguantar el envite. Al final tuvieron en la mano el destino de Kish y, para bien o para mal, es algo que afectará a las siguientes sesiones.
Y ahora que el juego ya ha calado lo suficiente en el grupo toca dirigir ya partidas de mi propio imaginario. Por fortuna han quedado varios cabos sueltos en ambas aventuras jugadas para que pueda tirar de ellos y hacer una campaña medianamente larga y, espero, interesante.

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Akkad, lugar de vacaciones



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