Esta tarde hemos ido a la pediatra. Sólo llevaba tres cuartos de hora de retraso; visto el colapso de virus infantiles que estoy viendo, no me puedo quejar.
Parece ser que la garganta y el oído los tiene mejor. Resulta un poco misterioso teniendo en cuenta que tan sólo 48 horas antes había estado con fiebre alta y 24 horas antes con fiebre de manera continuada, ¿o sólo me parece raro a mi?. Será que el nuevo antibiótico es muy bueno, qué se yo...
En casa, nada más llegar de urgencias, nos dimos cuenta de que el bebito tenía tres muelas nuevas que le habían salido de pronto, sin habernos percatado y eso que yo estoy muy pendiente. Como pienso que puede tener alguna relación, se lo he comentado hoy a la pediatra. ¡Gran sorpresa!. En primer lugar, no son tres muelas, son dos. Así que el punto blanco que vi al fondo de su encía, abajo, debía ser una placa y no un trocito de diente. Pero arriba sí que tiene dos muelas saliendo y un feísimo hematoma provocado por la presión. Eso tiene que doler por narices.
En cuanto a los mocos, el pecho lo tiene bien, es sólo la gran congestión nasal que tiene. Me ha mandado que las gotas que le estaba poniendo en el oído se las ponga en la nariz, tres veces al día. Espero que le alivie porque es de lo que peor está ahora mismo.
Como le he dicho a la recepcionista de la clínica, que estaba ya hoy sorprendida de vernos de nuevo por allí, creo que nuevamente somos sus padres quienes estamos peor. Mientras mi hijo no paraba de moverse por toda la sala de espera, nosotros estamos barruntando de nuevo dolores musculares, dolor de garganta, picor de ojos... Por no hablar del cansancio acumulado de varias noches durmiendo mal y apenas descansando durante el día.
Nos hemos metido en un bucle de virus con muy mala pinta. Necesito un chute de vitaminas urgentemente.