Buenas, no me echen la bronca porque últimamente apenas tengo tiempo.
Los nenes han estado malitos, primero uno, luego el otro, así siempre; parece que los virus no me dan respiro.
Además, estoy estudiando. Sólo me he matriculado en dos asignaturas pero es imposible poder estudiar. Me quedan unos días para examinarme pero apenas llego a leer superficialmente, así que espero que dependa más de la suerte que de mi conocimiento, ¡¡jeje!
Realmente es muy complicado compaginar la crianza con el estudio. Hay gente que me dice que estoy loca por pretender estudiar teniendo tres peques pero sigue siendo mi meta y al menos quiero acercarme un poco…
Lucas ha cumplido su primer año, el tiempo pasa volando. Ya le queda poco para andar aunque aún no se suelta y está terrible, se la pasa liandola y ha aprendido a decir montones de palabras, ¡está para comérselo!
Mateo ha cumplido 3 años y aunque sigue siendo un pequeñín lo veo mucho más mayor, esta todo el día jugando y armando torres con todo lo que encuentra en su camino, es inseparable con Samu aunque pelea mucho a Lucas porque el peque le coge y tira a cada momento lo que a Mateo le cuesta construir…
Y Samu está tan grande que se la pasa haciendo preguntas de mayores y exige respuestas afines, quiere saber los porqués de todo y no se conforma con respuestas simples. Y yo se lo cuento todo.
Mis días son una locura, mi casa un desastre, pero tengo tres soles que me iluminan cada día y no los cambiaría por nada. Así que aunque el tiempo no me alcance y a veces todo parezca un caos, igual soy feliz.
Tengo a mi amor que es un gran hombre, marido y papá y a mis príncipes que cada día me hacen sonreír. No puedo pedir más. Lo demás puede esperar.
Como dice la letra de una canción: ¡gracias a la vida que me ha dado tanto!