En la mayoría de los casos actuar por impulso conduce al arrepentimiento, porque las acciones impulsivas tienden a ser irreflexivas y es común que el motivo de los actos sea un sentimiento negativo.
¿Por qué alguna gente tiende a actuar por impulso?
La respuesta es simple, no han aprendido a controlar sus emociones y hacer uso de la inteligencia emocional. Ciertos patrones de conducta vienen formados desde la niñez y los cerebros de las personas impulsivas no son capaces de crear un filtro reflexivo a los estímulos de la amígdala. Afortunadamente la programación mental si puede modificarse con ciertas prácticas.
El hecho de actuar por impulso normalmente trae consecuencias negativas porque no se evalúan las diferentes posibilidades y dentro de ellas tomar la mejor decisión.
Actuar por impulso normalmente conduce al arrepentimiento por las siguientes experiencias:
- Una persona enojada puede usar palabras inadecuadas:
En el caso que una persona experimente un gran enojo y actúe en ese momento, quizás empleará palabras ofensivas, de las cuales después se arrepentirá. Algunos dice que las palabras pueden doler más que los golpes y es razonable, una persona altamente sensible le resultará difícil olvidar una ofensa.
- Las acciones violentas pueden traer consecuencias catastróficas:
Se puede hacer un estudio en un reclusorio y una gran cantidad de esas personas dirá que está ahí porque actuaron por impulso ante determinada circunstancia. Las acciones con violencia traen terribles conscuencias. Muchas personas necesitan ayuda psicológica para volver a restablecer sus vidas.
- Una decisión emotiva puede generar problemas a futuro:
La gente cae en el endeudamiento precisamente por la suma de pequeñas decisiones emotivas, no han aprendido a mantener una estabilidad financiera. También se da el caso de personas que se dejan deslumbrar por una supuesta gran oportunidad y se ponen a invertir dinero sin asesoría y después lo pierden todo. Actuar por impulso no solo se refiere a las emociones negativas, también a las positivas. Las malas decisiones tienen un denominador común y es que no se analizaron las consecuencias, por eso después viene el arrepentimiento.
La persona sensata usa como regla no actuar por impulso:
Los casos en que actuar por impulso es apropiado son mínimos y es válido ante problemas que requieren una actuación instantánea como un peligro inminente. La persona sensata reflexiona sus actos y siempre está pensando en las consecuencias, aunque el impulso lo invite a actuar de una manera, la sabiduría le dice que haga algo diferente y así va aprendiendo a pensar y actuar de forma inteligente.
Empleando las TÉCNICAS DE MEDITACIÓN (Programa de audios especializados para facilitar una meditación efectiva) se va desarrollando un admirable autocontrol, por un lado se cambia la vibración mental y se comienzan a atraer un predominio de experiencias positivas, luego se está en la capacidad de ver el mundo con una perspectiva más serena y después de una gran evolución espiritual es posible tener autocontrol prácticamente en cualquier circunstancia.
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napoleon
Escritor, publicista, experto en Coaching y asesoramiento empresarial, analista de proyectos, estudioso de los factores determinantes para el éxito personal y organizacional.
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