Revista Espiritualidad

¿Actúas o reaccionas?

Por Programadestres
En nuestra vida diaria estamos sometidos a infinidad de estímulos y en función de un aprendizaje previo e inconsciente, normalmente "Reaccionamos.
Así es como funcionan los estresores, aparecen y provocan nuestra reacción automática.

Esta capacidad de reaccionar ante un estresor está muy bien y es muy adecuada cuando nos enfrentamos a un peligro vital, ya que de lo contrario nos hubiésemos extinguido como especie humana hace muchos siglos.

Pero hoy por hoy en el mundo desarrollado en el que vivimos en muy pocas y contadas ocasiones nos enfrentamos a un riesgo vital verdadero.

En la mayoría de las ocasiones nos enfrentamos a acontecimientos más o menos agradables o más o menos perjudiciales o beneficiosos; pero seguimos sin cambiar nuestro modelo aprendido.

¡Seguimos reaccionando!

Así que desde la observación que entrenamos en la práctica del Mindfulness, la alternativa es distinta.

Por ello podemos modificar nuestro modelo de actuación ante los hechos cotidianos que nos suceden y que no podemos controlar ni cambiar y es la siguiente:

Entre el acontecimiento y tu respuesta hay un tiempo donde tú decides y esa decisión será la que genera tu actuación.

Reacción = "Respuesta automática, aprendida e inconsciente" El estímulo decide por ti.
Acción = "Respuesta consciente y decidida ante un estímulo (externo o interno)" Tú decides.
¿Actúas o reaccionas?

Puede que no tenga control para cambiar el acontecimiento, pero sí lo tengo para decidir mi respuesta.

Esta mañana en Ourense, justamente en un curso de "Gestión de estrés con Mindfulness" lo explicaba a los participantes.

"Tú puedes decidir cómo responder ante los hechos"

Cuando reaccionas, el control de tus actos a ti y por tanto estás a merced de los acontecimientos y de otras personas.

Cuando actúas la decisión es consciente y es tuya, la gestión y la decisión dependen de tí, no de los demás.

Es una cuestión que por supuesto no es fácil, pero eso no significa que no tengamos la capacidad de hacerlo y eso es lo que aprendemos con la práctica de la atención plena.

Con la práctica nos vamos dando cuenta de cuando reaccionamos sin control y aprendemos a darnos el espacio suficiente entre los acontecimientos y la respuesta.

Y justamente surgió un ejemplo que puso uno de los participantes y os lo cuento:

Pedro (nombre ficticio) relató así los hechos:

"El otro día vino un señor preguntando por una persona que le había atendido y como no sabía su nombre empezó a describirlo con los siguientes adjetivos:

"Era bajito, calvo y algo gordo"

Y resulta que era YO, siguió contando Pedro.

¿Cómo no voy a reaccionar? si resulta que el que me calificaba de bajito era más bajo que yo, él era gordo y yo no lo soy y en lo único que acertó es que efectivamente soy calvo y soy el único calvo que hay aquí.

Pregunta mía:

"Por qué te enfadaste tanto con eso", si no eres bajito, y no eres gordo ¿Qué te llevó a cabrearte tanto?" ¿Te molesta ser calvo?

Si observas tu reacción puedes darte cuenta que no depende de la realidad de su descripción, sino de que en ese momento seguramente ya estabas tan estresado que ese acontecimiento sirvió de espoleta a tu reacción.

Así que para terminar les conté un dicho sobre los calvos y es el siguiente:

"Dios cuando creó al ser humano hizo algunas cabezas perfectas, y en las otras puso pelo"

¡Lo digo por si el ser calvo supone supone algún problema para tí, que sepas que tienes una cabeza perfecta!

Os imagináis la respuesta del grupo verdad. La risa es una buena medicina contra el estrés.

Y la consciencia otra fundamental para evitar el "Piloto Automático" que nos lleva a la reacción.

Y hablando de calvos, aquí os dejo uno de mis calvos favoritos: Yul Brinner, un calvo maravilloso.

¿Actúas o reaccionas?

Estaré encantada de recibir tus comentarios sobre este artículo o reflexiones sobre el tema y si te gusta y lo compartes será genial.


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