Revista Música
Para un momento, pon en pause el televisor, la película de tu vida continuará como si nada ocurriese, con los sentidos dormidos y mi corazón a punto de estallar.
Ventanas cerradas esperando una cándida sonrisa en la calle del olvido.
Pasarán los días, los meses, los años y no veremos aquel final apocalíptico porque la película era de Tarantino, queríamos sangre y no lágrimas.
La fecha de caducidad no perdona, estaciones de un tren que se quedó petrificado en el andén.
¿Y qué le vamos a hacer si el tiempo de las cerezas se acerca, si las agujas no retroceden y el calendario griego no tiene calendas?