P(u)ateando la vida. Otro blog de Golcar
Cuando desapareció la carne, decidí dar gracias a Dios porque las carnes rojas son muy dañinas y comencé a comer pollo y gallina.
Cuando escasearon pollos y gallinas agradecí por mi salud, porque esas vainas las engordan a fuerza de químicos y hormonas. Decidí comer atún.
Cuando el atún desapareció de los anaqueles para aparecer luego escasamente y a precios de joyería, bendije al cielo porque esas cosas tienen mucho conservante químico y los mares donde los pescan están muy contaminados con mercurio.
Entonces, decidí consumir mis proteínas de huevos, quesos y granos.
Los huevos desaparecieron, para los quesos no me alcanza el sueldo, los granos no hay pero ni en el cutis de los adolescentes. Pensé, «menos mal, porque los huevos me suben el colesterol, los quesos me aumentan el ácido úrico y me producen cálculos en los riñones y los granos me producen…
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