Tuve otra oportunidad de ver el domicilio de un músico cuando la señora Aus Der Ohe me invitó a su casa de Berlín. También vive en la nueva zona oeste de la ciudad, al igual que otros muchos artistas. Al entrar en las espaciosas habitaciones, uno siente que la casa tiene la verdadera atmósfera alemana. Adele Aus Der Ohe, que es muy conocida en América gracias a sus giras de conciertos, lleva actualmente su pelo castaño cuidadosamente recogido sobre sus orejas, al estilo de una escultura de la Virgen con el niño, dándole un aire de superioridad.
"Mi tiempo se divide entre dar conciertos, componer y estudiar" - comenzó a decir. "Apenas imparto clases porque no tengo tiempo. Nunca tengo más de dos alumnos estudiando conmigo a la vez. Tienen que tener talento y estar muy motivados. El tiempo que considero necesario para practicar depende, por supuesto, de la rapidez de comprensión. En general diría que unas cuatro o, como mucho, cinco horas son suficientes si se utilizan con la adecuada concentración. La calidad en el estudio es fundamental. Si el pasaje que se está trabajando no se comprende, repetirlo miles de veces será inútil. Por eso, es mejor comprender la construcción y el significado del pasaje desde el principio y luego hacer las repeticiones que sean necesarias."
"Mucha parte de la práctica se puede hacer sin el instrumento, leyendo las notas impresas en la partitura y pensando en ellas. ¿Se entiende esta idea en América? Escucha siempre lo que estás tocando, cada nota que sale del piano. Pienso que este punto tiene una importancia esencial. Mis alumnos suelen ser de nivel avanzado o desean hacer de la música su profesión. Sin embargo, algunas veces he dado clase a estudiantes de nivel inicial. Este aspecto de escuchar cada nota, de trabajar el oído, debería llevarse a cabo desde el inicio de los estudios. "
DEJAR QUE LA POSICIÓN DE LA MANO SE CONSTRUYA A SÍ MISMA
"Respecto a la posición de la mano, intento no ser estrecha de miras y quisquillosa. Si los alumnos tocan con un buen sonido y pueden hacer buenos efectos sonoros, aprovecho el punto en el que están y procuro que avancen incluso si la posición de la mano no es justamente la que deberían tener. Si dejo todo y no les permito hacer nada excepto trabajar la posición de la mano, se desanimarán y pensarán que están comenzando sus estudios de nuevo. Esta idea de empezar de nuevo es algunas veces perjudicial. Tomar al alumno desde el lugar en el que se encuentra y guiarlo en el estudio era también una idea de Liszt. Al compositor austro-húngaro no le gustaba cambiar la posición de la mano a la que el intérprete se había acostumbrado, aunque pareciera antinatural y en la que tanto tiempo había invertido el pianista para conseguirla. Pensaba que el tiempo se podía dedicar a algo más productivo. ¡Hay tantas posiciones válidas! Cada mano es un mundo y es apta para adoptar la posición que le resulte más adecuada. "
"La próxima temporada voy a dar muchos recitales y conciertos en Europa pero no iré a América. Conozco muy bien su país porque he realizado varias giras y también he vivido allí. La última vez tuve que marcharme por un triste acontecimiento: mi hermana, que siempre me acompañaba, acababa de morir después de sufrir una larga enfermedad. Como puede imaginar, ahora no me apetece mucho regresar."
"Sin embargo, estoy muy encariñada de América y admiro los grandes progresos que están haciendo en los ámbitos musical y artístico. Ustedes tienen el valor de actuar según sus principios. No admiran un trabajo musical simplemente porque otra persona dice que hay que hacerlo o porque así lo expresan las críticas. No preguntan la opinión del vecino antes de aplaudir. Si no les gusta, no tienen ningún miedo a decirlo. Esta honestidad es la que produce resultados positivos. Rápidamente se vuelven competentes para juzgar qué es lo mejor. En América he encontrado al público más agradecido."
La señora Aus Der Ohe tenía mucho que contar sobre el Liceo femenino. El Departamento de Música fue fundado por ella misma. Hace no mucho hubo una exposición de obras musicales compuestas por mujeres. Compositoras de todo el país enviaron ejemplares de su obra. La señora H.A.A. Beach, que durante un tiempo ha estado residiendo en Múnich, estuvo muy bien representada. Hay delegaciones de esta institución en otras ciudades de Alemania.
Algunos cuadros de gran tamaño y llamativa originalidad colgaban de las paredes de la casa de la pianista. Todos ellos mostraban escenas religiosas y eran obra del hermano de la pianista, que había fallecido en el punto álgido de su carrera.
"Sí" -dijo la compositora, "desde que estuve la última vez en América, mi madre, mi hermano y mi hermana nos han dejado, y ahora estoy bastante sola. Afortunadamente, tengo mi arte."
Brower, H. (1915). Piano Mastery. Talks with master pianists and teachers. New York: Frederick A. Stokes Company.
Traducción: Francisco José Balsera Gómez