El gustazo de adelgazar, es decir, de adelgazar de manera agradable y coherente, está al alcance de todos, siempre y cuando las dietas a seguir no sean aberrantes y hayan sido prescritas o supervisadas por un especialista.
Los resultados positivos de comer bien y dejar kilos en el camino resultaran de lo más gratificante ante el espejo, pero sobre todo, para la salud.
La obesidad se ha convertido en una palabra tabú para la belleza, y los depósitos de grasa acumulados – justo donde menos se desean- le restan armonía al cuerpo, y pueden convertirse en un lastre para el bienestar.
Hablar del peso perfecto requiere considerar una serie de factores como la constitución física de cada uno, la edad, la estatura y las circunstancias vivenciales.
Por ejemplo, alguien atlético o que practica deporte asiduamente, aún teniendo iguales años y talla que alguien de tipo sedentario, pesará más que este, ya que su masa muscular desarrollada por el ejercicio, incrementa su peso.
A pesar de ello, existe una estadística muy útil a la hora de determinar a modo indicativo si lo que marca la balanza debe deprimirnos, o no.
Consiste en definir en que momento de nuestra vida nos encontramos con mejor figura, mas cómodos y esbeltos, y añadir un kilo a ese peso de entonces por cada diez años cumplidos, o por cada hijo en el caso de las mujeres.
Pero lo más importante de todo ( diga lo que diga la bascula), es no dejar ni un resquicio al mal humor, ni al estrés provocado por las dietas rigurosas y tiránicas, que a la larga desencadenan de modo alarmante la «pasión por lo prohibido», llámese dulce, harina, grasa, y un largo etc. de «pecados alimenticios» y de kilos de excesos y efectos “yo-yo”.
EL DECALOGO DE UN BUEN PLAN ADELGAZANTE
Este decálogo debe preceder a cualquier «aventura» nutricional:
1-Asegurarse de que el estado de salud es el correcto, y para ello lo mejor es un análisis de sangre que determine las cantidades de colesterol, azúcar, hemoglobina etc. que nos afectan.
2- El primer día de dieta anotar por escrito el peso en ayunas, y tomar las medidas de pecho, cintura, caderas y muslos.
3-Conviene fijarse un objetivo a lograr y un plazo de tiempo en el que cumplirlo… (Naturalmente puede modificarse).
4-Es preciso pensar que la alimentación resulta tan fundamental para el cuerpo como el combustible para un motor, ¡Tiene que ser de calidad!…
5-Como normas generales las ingestas de alimentos se deben repartir así:
*Desayuno: frutas o zumos ricos en vitaminas. Leche desnatada o de soja con café soluble (si se desea), y cereales integrales con abundante fibra.
*A media mañana un quesito o una pieza de fruta.
*En el almuerzo se consumen dos platos, uno de verduras, ensaladas o legumbres, y otro de carne o de pescado, cocinados con poca grasa. Conviene sustituir el postre por una infusión, o por una gelatina sin azúcar.
*Merienda: un café con leche o una infusión y una fruta.
*Cena: Lo mismo que la comida, pero intentando restringir las cantidades y alternando las verduras y las proteínas. Por ejemplo, si se comió carne, habrá que cenar pescado…
6-Es importante reducir el consumo de hidratos de carbono (pan y pasta entre otros), de sal y de azúcar
7-Hacer ejercicio, o por lo menos andar media hora al día.
8-Beber un mínimo de dos litros de agua diarios, pero no en las comidas
9-Evitar el estreñimiento y la retención de líquidos, utilizando productos naturales.
10-Los tratamientos estéticos adecuados, ayudan a reducir volumen en menos tiempo, y sobre todo en aquellas zonas consideradas «difíciles».
LA PERFECTA ALIMENTACION
La alimentación es un elemento crucial a la hora de controlar casi todo el funcionamiento del organismo, incluso el ritmo circadiano, y preparar el cuerpo a los distintos momentos de la jornada, tal como viene reflejado en la sabiduría popular: “desayunar como un rey, almorzar como un príncipe y cenar como un mendigo”.
Y a nivel psicológico, a la hora de comenzar una dieta hay que tener muy en cuenta la motivación y la frustración que se generan en el proceso de adelgazamiento.
Un método motivante, debe basarse en la efectividad del equilibrio perfecto entre esfuerzo realizado, salud y resultado obtenido.
La reeducación también es fundamental para obtener el objetivo real de una forma de alimentación basada en asumir hábitos saludables.
El aburrimiento y la supervisión también son puntos cruciales a tener en cuenta para que una dieta sea eficaz, es decir que tendríamos que contar con la posibilidad de escoger alimentos variados para hacerla más amena y divertida».
CUIDADO CON LA CENA
Y la cena es esencial en la pérdida de peso. Lo primero a considerar es no hacerlo tarde.
No acercarla a la hora de irse a dormir tiene grandes beneficios para la salud.
Los expertos aconsejan dejar pasar un mínimo dos horas entre su finalización y el acostarse.
El momento en el que cenamos influye en nuestra capacidad metabólica, por lo que espaciarlas al máximo es lo mejor y puede ayudar significativamente a no ganar peso y, además, a gozar de una mejor calidad de sueño. Nuestro organismo funciona de diferente manera de día y de noche que es un momento en el que no estamos preparados fisiológicamente para comer.
A partir de las siete de la tarde comienza a prepararse para el reposo ralentizando la asimilación de la comida. Y a largo plazo cenas llevadas a cabo tarde pueden propiciar la Obesidad y la Diabetes.
Por el contrario cenar pronto se relaciona con un 20% menos de riesgo de Cáncer de Próstata y de Mama y esta cifra aumenta un 5% si además se combina lo de comer temprano con espaciar la comida y la hora de irse a dormir.
Big Vang Manolis Kogevinas, investigador de ISGlobal y primer autor del estudio publicado en el Internacional Jornal of Cancer al respecto, asegura que “la hora a la que se realizan algunas actividades puede afectar a nuestra salud.
Nuestro reloj biológico está regulado por ciclos diurnos y nocturnos y por el factor de la dieta.
El reloj central situado en la base del cráneo está influido básicamente por la luz, pero en el intestino y otros órganos también hay relojes que tienen ciclos condicionados con la hora a la que comemos”. También destaca que “la mayor protección la han encontrado en el cronotipo de personas madrugadoras”.
Recomendaciones:
- Las cenas tienen que ser ligeras.
- No repetir los mismos alimentos de la comida y prescindir de embutidos y fritos ya que dificultan la digestión por la noche.
- Seleccionar frutas de estación lo más maduras posibles y combinarlas con yogurt, por ejemplo. es una alternativa sana y depurativa.
- Los cereales integrales ayudan a conciliar el sueño gracias a su alto contenido en vitamina B.
- El consumo de proteínas como huevo, queso freso, legumbre o pescado puede ayudar a quemar grasas, pero siempre deben combinarse con hortalizas y hay que cocinar con muy poco aceite.