Parece paradójico que una hormona del embarazo te ayude a adelgazar, pero así es. La dieta del hambre, que es como se ha denominado el peculiar control de peso, consiste en la ingesta de únicamente 500 calorías diarias (una mujer necesita entre 1800 y 2000, y un hombre unas 2500), pero no se pasa hambre gracias a la inyección, cada día, de una hormona que se extrae de la orina de las embarazadas. Dicha hormona engaña al apetito, produciendo sensación de saciedad e induce al cuerpo a quemar las grasas sobrante.
Trombosis y depresión, efectos secundarios de la dieta del hambre
A pesar de la facilidad para adelgazar que esto pueda suponer, existen varios factores negativos en esta dieta. Para comenzar su coste económico, que puede llegar a los 1.000 euros. Luego, la falta de especialización al prescribir la hormona: es necesaria prescripción médica, pero cualquier médico puede hacerlo, sin necesidad de estar especializado en este tema concreto.
Los factores que atañen a la salud son todo un punto y aparte en esta cuestión: trombosis, depresión, alteraciones mamarias y dolor de cabeza son algunos de los efectos secundarios que puede provocar la utilización de esta hormona. Un alto precio por perder esos kilos de más.
Aprende a adelgazar comiendo de todo.