Desde la visión de McLuhan de la aldea global (1989) hasta el uso de redes sociales a través de teléfonos móbiles que ha crecido un 274% en menos de dos años, el cambio ha sido vertiginoso; las categorías de tiempo y espacio tal y como se entendían hace 20 años están totalmente abolidas, un nuevo criterio de realidad ha llegado para quedarse.
La adicción a las drogas es otro “tema estrella” de la sociedad actual,finalmente, en la Cibersociedad parecen confluir el concepto de adicción y el de Internet .
Internet Addiction Disorder” fue el término propuesto en broma por Ivan Goldberg en 1995 . Goldberg refirió un síndrome con aumento de la ansiedad y necesidad de conectarse muchas horas, incluso proponía crear grupos de “ciberadictos anónimos”.
Involuntariamente abrió un debate en donde se mezcló la acción de algunos colegas como la Dra. Kimberley Young que fundó el primer Centro de Recuperación de Adicción a Internet con personas que decían padecer esos síntomas. “Si extendemos el concepto de adicción para incluir todo aquello que la gente hace en exceso, tendríamos que aplicarlo a leer libros, a hacer ejercicio, a hablar con la gente…”, declaró a la revista The New Yorker en 1997, en un intento de desmarcarse del tema.
La realidad es que desde 1996 han proliferado los estudios sobre estas cuestiones, sin embargo el DSM-V no lo ha incluido, lo que ya es mucho decir, habida cuenta de la tendencia a la patologización de conductas habituales que ha demostrado en su clasificación de trastornos mentales.
Desde 2002, Dr. Scott Caplan (Universidad de Delaware) ha estudiado la relación entre algunas características psicosociales y la respuesta a Internet.Las personas ansiosas o deprimidas tenderían a usar más Internet y no al revés. Es decir, la Red no “crea” la patología sino que es solo un canal que puede ser utilizado de muchas maneras distintas.-
¿Que es normal o no respecto al tiempo que pasamos frente a la pantalla?
Según la Asociación para la Investigación de los medios de Comunicación, el 37% de las personas en España, se conecta entre 10 y 30 horas semanales. El 9% lo hace más de 60 horas, quiere decir que el 54% estaría por debajo de las 10 horas semanales, % inferior a las horas que se pasan mirando TV. Las actividades más populares como chats y redes sociales (juegos, portales, etc) son las habituales entre los más jóvenes y constituyen un nuevo canal como antes lo era el teléfono, una extensión normal de la vida social.
Ahora bien, podemos hablar de que hay un “ síntoma” de uso abusivo si frente a la imposibilidad de conectarse surge cierto grado (elevado) de irritabilidad junto a una preocupación permanente por volver a estar en el ciberespacio.
Una verdadera “furia narcicista” se deja caer en los relatos de las historias de personas “enganchadas a la red” que comentan sus problemas porque un perfil se ha borrado, un relación online ha terminado o simplemente se ha roto su ordenador.
El Dr. Philippe Jeammet se refiere al narcicismo en la época actual marcando una diferencia : “Hoy en día la ausencia de límites, la evolución muy rápida del sistema de valores y sobre todo el derrumbe de las prohibiciones han sido reemplazados por una exigencia de rendimiento”…
Solo hay que fijarse en el éxito de los blogs de desarrollo personal y la búsqueda de “logros extraordinarios” como medición del éxito¿Cuantos amigos tienes en Facebook? ¿Cuantos seguidores en Twitter? Se trata de nuevos discursos, nuevos escenarios para viejas cuestiones.
En temas de abuso de pantallas, es raro que alguien consulte por sí mismo, generalmente es un tercero el que pide ayuda por él: es la esposa abandonada a manos de un chat nocturno, el padre preocupado por los gastos indebidos o las bajas notas o un amigo que nota cambios en los hábitos.
El” implicado” generalmente niega la cuestión, no detecta que su relación con la pantalla está alterando otras áreas de su vida: familia, amigos, trabajo, economía
En un ciclo clásico de consumo adictivo de sustancias existe:
1) estado depresivo inicial
2)consumo con placer y aumento de la autoestima
3)sensación de control omnipotente
4) bajada frustrante a la realidad
5) mayor frustración y sentimientos de culpa
6) estado depresivo….y nuevo ciclo
Algo de ese ciclo fue lo que se observó en sujetos “atrapados en la red” y en plan irónico se llegó a decir: “Usted es un adicto si chequea su mail a las 3 de la mañana camino al baño”….una ironía acertada.
1- Estado depresivo, frustración
En temas de uso abusivo de Internet, no se detecta tan claramente el estado depresivo inicial. Este punto es uno de los que ha generado controversias en cuanto a si debe considerarse o no una patología.
2- Consumo con placer y aumento de la autoestima.
Internet se transforma en placentero básicamente por la facilidad de su uso y la disponibilidad inmediata de los contenidos: todas las respuestas están a “un tiro de buscador”, se transforma en un cortar y pegar, la pulsión de conocimiento es satisfecha sin que ninguna frustración la mediatize.
La autoestima se eleva en aquellas personas predispuestas que encuentran en esa vida alternativa una sensación de intimidad y disponibilidad inagotable, parece que “ser uno mismo” en una sociedad que borra las individualidades adquiere un nuevo valor.
Turkle (1995) lo comparaba con el teatro, donde hay posibilidades de expresión mayores que en la vida real.¿Existiría un aspecto lúdico, un “como sí” en el ciberespacio? Creo que sí.
3- Sensación de control omnipotente
Este es un elemento clave para entender la adicción a sustancias. En Internet las posibilidades de juego con las identidades virtuales reforzaría la sensación de “control de la realidad” pero no alcanza para suponer un comportamiento adictivo.
.4- Disminución y posterior desaparición del efecto eufórico
La desconexión generaría una sensación de vacío, pero visualizar la vida en la pantalla como posible alimento de la vida real no es igual que igualarla a la sensación de “plenitud” que experimenta el adicto a sustancias.-
En todo caso, consideramos que en este tema no se puede hablar de “adicción a Internet” a secas, sino que es necesario aclarar en cada momento “adicción a QUE Internet” estamos analizando.
En Internet buscamos información, navegamos por placer, es herramienta de intercambio académico, es el propio objeto de investigación, es un chat, es un mail, es juegos, música, videos y es también casino online o sexo virtual.
Claro que no es lo mismo pasarse cinco horas diarias actualizando el muro de Facebook o jugando a Farmville o en páginas de pornografía que estar conectado mientras trabajo; no es lo mismo chatear hasta la madrugada o formar parte de una lista o de un foro profesional .
La diferencia está marcada una vez más por la estructura de personalidad del usuario en las que las series complementarias permiten entender el POR QUE se está usando pantallas en forma abusiva estableciendo relaciones de causalidad:
Historia previa
Personalidad
Momento de aparición del síntoma
Otras adicciones
Algunas conductas abusivas parecen mas enfocadas al juego mientras que otras se centran en las relaciones sociales o son extensiones de la adicción al trabajo.
Por eso es más correcto hablar de uso abusivo de pantallas más que de “adicción a Internet”.
Siguiendo a Helena Matute “Si alguien no puede dejar de entrar en Internet es como si fuera al mismo bar de la esquina todos los días. Podría ser un problema, pero no una adicción”, “Mucha gente tiene trastornos de conducta, pero en la inmensa mayoría no se pueden achacar a la Red”.
Hemos notado que el aspecto de la “interacción” es central, el propio medio ofrece alternativas, escribir este post por ejemplo puede ser una forma de fomentar la autoestima, una forma de comunicar y ser alguien para Otro o puede ser una catarsis o una forma de sistematizar un discurso delirante.
Pero la satisfacción de “ser escuchado” está ahí y por eso cuando hablamos de adicción no decimos nada sino describimos la forma, el “como” estamos enganchados y eso siempre es subjetivo.-
Para saber más
Balaguer, Roberto (2001) “¿Agora electrónica o Times Square? Una revisión de consideraciones sociales sobre Internet”. TEXTOS de la Cibersociedad, 1, enhttp://cibersociedad.rediris.es.
Matute, H. (2003). Adaptarse a Internet: Mitos y realidades sobre los aspectos psicológicos de la red. La Coruña: La Voz de Galicia. [ISBN: 84-9757-115-0]
Jeammet, Phillipe: Respuestas a 100 preguntas sobre la adolescencia. Ed Bullent 2005
Mc Luhan, M y B.R. Powers ( 1989) “La Aldea Global” , Barcelona : Ed Gedisa, 1996.
Turkle, S. (1995) “La vida en pantalla, la identidad en la era de Internet” Barcelona : Paidós 1997.
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