Stanton Peele leyenda viva de la psicología social, conocido por su libro Amor y adicción y famoso teórico y terapeuta en el campo de las adicciones, afirma que:
"No es la sustancia o la conducta la que produce la adicción, sino el modo como la persona interpreta su propia experiencia adictiva y como responde, tanto a nivel fisiológico, emocional o conductual a esa adicción".
En la adicción influyen tanto el modo de enfrentarse al mundo como el modo de verse a sí mismo y viene determinado por las experiencias pasadas, la personalidad y el entorno social.
Las drogas y las conductas que producen adicción se convierten en muletillas para afrontar mejor la vida ante situaciaciones de estrés, ansiedad o depresión. Es una manera de enfrentarse a situaciones desagradables, muchas veces ante la incapacidad de reaccionar de otra manera, quizás por falta de recursos sociales no aprendidos. El adicto se caracteriza por ser dependiente, no por la sustancia, sino por el impulso de depender y por su pasividad (muchas veces no quiere hacer nada para solucionar sus problemas porque sería muy difícil, básicamente por no querer sufrir un poco "el mono").
Para Peele, las culturas individualistas como la nuestra nuestra, favorecen las adicciones, al tener como valores centrales el logro y el éxito individual (yo lo llamo "capitalismo unipersonal"). Cuando no conseguimos estas metas, el refugiarse en la adicción es un modo de ver la vida del lado opuesto. Las características fundamentales de una adicción son:
- Es un continuo (que va desde no ser adicto a tener una adicción alta con todos sus puntos intermedios).
- Desvirtua las otras implicaciones que una persona posee, limitando todos los ámbitos de la vida.
- No es una experiencia placentera y a ellas se llega para eliminar el dolor, sea físico o emocional.
- Es la incapacidad de elegir no hacer algo (por ejemplo, no querer fumar pero acabar haciendolo porque sufres si no lo haces).
¿Por qué unas personas se hacen adictas y otras no?
Según la psicología social, una persona se hará adicta o no, en función de su personalidad, la situación en la que entra en contacto con la sustancia adictiva y las motivaciones. Para que una conducta no se convierta en adictiva, la persona debe ser capaz de controlarla e introducirla en su vida. Esto exige diferenciar entre lo bueno y lo perjudicial, dejando de lado lo que no nos aporta nada, tener en la vida modos de satisfacción distintos a las conductas adictivas y aprendiendo a aceptarnos a nosotros mismos tal como somos.
La adicción se convierte entonces en un problema existencial cuyo tratamiento requiere adquirir nuevos patrones de conducta y reestructuración de la personalidad existente. La curación se dará cuando el individuo deje atrás su adicción, no dependa de ellas y establezca un nuevo modo de relacionarse consigo mismo y con el mundo. En fin, la búsqueda de la libertad y la autonomía pasa por librarnos de las cadenas de la adicción y la dependencia.
"La adicción nunca debería ser tratada como un delito. Debe ser abordada como un problema de salud".
Ralph Nader