Se dice que la primavera la sangre altera y el verano, puede alterar el proceso de rehabilitación de personas con problemas de adicción por las diversas situaciones de riesgo que genera. Ante esta estación, es recomendable anticiparse para que no se vuelvan a dar las circunstancias que pueden derivar en una recaída.
4 Estrategias para la Prevención de Recaídas:
1º Para que haya una Recaída, previamente ha habido una Caída
Una recaída se define como una vuelta al consumo, ya no aislada ni puntual, poniendo en marcha un patrón donde los pensamientos, las emociones y las conductas giran en torno al consumo. Cuando se da una recaída es porque previamente ha habido una caída
Cuando alguien está en tratamiento, se consideran necesarios meses de abstinencia para poder considerar que se ha dado una recaída, ya que tras dos meses sin consumir el volver a hacerlo es interpretado como que no ha dejado de hacerlo. Algunos profesionales consideramos necesarios unos 6 meses o un año en abstinencia para poder hablar de recaída cuando se retoma el consumo.
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Si la caía es previa a la recaída, hay un paso intermedio en el que se puede actuar. El problema no es que se haya consumido sino la manera en la que se va a afrontar ese caída.
2º Aprende de tus recaídas pasadas.
Muchas de las personas que inician un proceso de rehabilitación llevan varias recaídas a sus espaldas. Se han dicho muchas mañanas “nunca más volveré a consumir”, “es la última vez que lo hago”, “esto lo puedo dejar cuando quiera” pero la realidad es que tras algunos días sin hacerlo se retoma el consumo.
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Otras veces han hablado con alguien cercano de confianza comentándoles su preocupación y las ganas de dejarlo, como una medida de compromiso que rompen justificándose con excusas.
No se trata de que mires al pasado y te fustigues sintiéndote culpable por lo que ha ocurrido en momentos anteriores sino que elabores una autobiografía de las recaídas. Esto permite identificar las situaciones de riesgo y las circunstancias que han de darse para retomar el consumo, como fueron afrontadas, que fue útil e inútil.Quien evita la piedra, evita el tropezón.
3º La recaída no es un accidente, se planifica
Son muchas las señales que pueden darse para sospechar la planificación de una recaída. Con esto no quiero decir que la persona sea consciente de estas primeras señales o que las interprete como de riesgo.Por ejemplo, alguien que tras meses en abstinencia y tomando un tratamiento decide dejar de tomarlo un día porque cree que no lo necesita, otra persona que asiste a grupos de terapia y decide que ya no le sirven, …probablemente esto no sea interpretado como planificar una recaída pero de alguna manera dejan vía abierta a nuevas situaciones de riesgo. La persona, al cabo del tiempo puede llegar a planificar cuando va a consumir, que consumirá, donde, con quien,…
Si existe esa planificación puede evitarse.
4º “Fantasea” sobre la Recaída
Con esto no quiero decir que haya que recrearse en el consumo o en la probabilidad del mismo, sino en centrarnos en las circunstancias futuras que han de darse para que se vuelva a consumir.Al igual que en la autobiografía de la recaída que se centra en una visión del pasado sobre la que aprender, en este caso, se plantea la posibilidad de una proyección futura para identificar situaciones de riesgo, y así poder anticiparnos a las mismas y ser evitadas.
Una recaída no se traduce siempre como falta de motivación al tratamiento o signo de debilidad sino más bien , como la no puesta en marcha de herramientas y pautas que pueden ser aprendidas.
El post Adicciones: Prevención de Recaídas aparecio primero en La sala de Espera. WebPsicólogos.