Adictos a la Escritura- Mes del asco: "Baloon"

Me desangro lentamente. Siento mi cuerpo pesado y mi respiración lenta y pausada. En mi pecho, el corazón ralentiza sus latidos poco a poco. Ya mi tiempo se agota, al paso del reloj de arena que está frente a mí. A través de esa neblina de confusión logro oír el sonido de la Feria Ambulante que se celebra a escasos metros de donde estoy. Los gritos de alegría de los niños y jóvenes en las atracciones, la música y la algarabía, me causan un desanimo gigantesco, quisiera ser una de ellos, quisiera reír otra vez. Mi salvación esta tan cerca y tan lejana a la vez, ese solo pensamiento logra alterar mis nervios de nuevo y lagrimas calientes ruedan silenciosamente por mi sienes humedeciendo a su paso el lugar donde antes estaba mi cabello. Siento una ganas inmensas de llorar, fuerte y alto pero sé que nadie puede escucharme, excepto él… y luego de la última vez que vino… muevo ligeramente la cabeza para ahuyentar ese espantoso recuerdo que me hace ser consciente del dolor que invade mi cuerpo en estos momentos, mi mente se llena de determinación y de miedo, pero debo tranquilizarme y tratar de escapar!  Con gran esfuerzo abro los ojos, los parpados me pesan, la luz de la habitación lastima mi vista y debo cerrarlos de nuevo. Lo intento  una vez más, esta vez despacio. Al principio no logro distinguir nada, parece que miro a través de unas gafas muy gruesas. Solo distingo colores vahídos entre ellos un rojo fuerte, y bien se  que no se trata de pintura. Poco a poco se aclaran las imágenes mientras giro la cabeza a la derecha, mis ojos se abren desmesuradamente con terror. Frente a mí y sobre una mesa de aluminio, se encuentra mi antebrazo o lo que queda de él. Al lado y dispuestos de forma horizontal se encuentran unos treinta palitos de carne alineados perfectamente. El color de la carne y el cuchillo de carnicero me producen nauseas instantáneas. Rápidamente y jadeando inspecciono mi cuerpo y con espanto observo cómo faltan miembros, mi pierna y antebrazo izquierdo no están! Un grito ahogado escapa de mi garganta. Una vía intravenosa está conectada de mi otro brazo a una bolsa de sangre que lentamente aumenta su tamaño.––¿Qué me ha hecho? –– pienso en medio del terror que me invade. Trato de moverme y en ese momento el dolor que poco a poco va despertando se agudiza más. ––Así que has despertado finalmente.––Giró la cabeza en dirección a la voz y observo cómo, a paso alegre se acerca a mí un hombre vestido con disfraz de payaso, su peluca, su redonda nariz y sus labios de un rojo chillón se mueven con cada paso. Con alarma trato de moverme lejos de él. Pero rápidamente me sujeta a la mesa donde estoy recostada.
––Oh, no no no mala chica. Lily ha sido una maala muy maaala chica. No querrás molestar de nuevo a tu amigo Baloon , ¿verdad? Ah, ya sé que quieres!––exclama al tiempo que introduce una enguantada mano en uno de los gigantescos bolsillos de su disfraz. Al momento extrae una pequeña y esponjosa bolita que me hace suponer es algo parecido al algodón de azúcar, tan rojo y brillante como el color de su peluca y la pintura que lleva puesta. Con prisa abre mi boca e introduce la bola que a los pocos segundos se derrite en mi paladar, es sumamente dulce y con un sabor exótico que no logro descifrar en medio de mi atolondramiento. ––Baloon, te ha traído un poco de su especialidad. Algodón de Azúcar... Está rico, ¿eh? Puedo ver a través de tus drogados ojos que te gusta, te traeré más después. Pero no puedo charlar mucho por ahora mi linda lily, vengo a buscar algo. Debo darle cosas dulces a los chicos, ya sabes.––Me dice al tiempo que con una sonrisa, extrae la bolsa de sangre del tubo de intravenosa y la levanta con aire triunfal.–– ¿Ves esto? Es mi ingrediente mágico. No pongas esa cara de espanto Lily, tú eres una chica muy dulce, es lógico que tu sangre sea el colorante ideal para mi algodón, el chico John de la otra vez era un tanto agrio y a la gente no le gusto mucho. En cambio con tu sangre el producto se ha agotado velozmente!. Necesito hacer más. ––Sonríe extasiado, mientras sujeta la bolsa con mi sangre––Desafortunadamente no me durará demasiado así que me parece que tendré que empezar a vender la parrilla pronto, como ves mientras dormías he adelantado algo.––Me dice señalando la mesa que descubrí momentos antes. Mi corazón comenzó a latir más acelerado. Y las lágrimas salieron sin poder contenerlas. ––No pongas esa carita Lily, todo acabara rápido ya verás. En la próxima parada de la feria no estarás con nosotros y flotaras alto, altísimo. Ya se me acabo el sedante así que no puedo dejarte sufrir mucho, ¿no crees?. Me caes bien. ––Suspiró, mientras sacaba algo más de otro bolsillo.––Y para evitar que traiciones mi confianza y nuestra estrechísima amistad, debo ponerte esto.–– Me dice mostrándome una pequeña correa con una bola roja en el centro. Muevo la cabeza gimiendo y llorando inútilmente mientras Baloon abre con un apretón doloroso mi boca y coloca la correa para abrocharla después. ––Ya esta!. Te ves guapa incluso con esa bolita en la boca. Bueno Lily, ya debo irme. ––Me dice cándidamente mientras se aleja hacia la puerta.–– No hagas mucho ruido Ajajajajajaja––Escucho sus carcajadas cada vez más lejos, mientras la certeza de que moriré esta aquí. Me imagino toda esa gente que de forma inconsciente come en la dulzura del algodón mi sangre, esos niños que manchan sus mejillas, esos novios que luego la intercambian en un beso. Mi error fue animarme a conocer el laboratorio “mágico” de un simpático payaso un mes antes. Cierro los ojos en medio del dolor de mi cuerpo y le pido a Dios ya no un milagro para sobrevivir, se lo pido fervientemente para morir de algo distinto que las manos de una cara blanca con una roja sonrisa.   

Este ejercicio va dedicado a Sr. Pennywise, protagonista de IT. Por aquellas noches sin dormir, por esas duchas en que mis ojos quedaron rojos por no cerrarlos mientras me bañaba. Porque al ver un Globo lo recuerdo y porque su película sembró en mi el terror a los payasos. Este relato recurrente en mis pesadillas de niña va para usted. XD

Nyra