Ya quedan pocas horas para que el año 2017 se despida para siempre. Un año de luces y sombras para la naturaleza cantábrica y que ha confirmado una vez más que la historia suele repetirse, sobre todo cuando nos empeñamos en que así sea. Este año termina con lluvia y con frío, algo que debería ser lo normal, pero que en los últimos años no lo fue tanto, y que aún así no ha evitado que se hayan vuelto a batir los récords de temperaturas máximas en un contexto de cambio climático que solo los necios y los interesados se atreven a negar.
También se batieron los registros de superficie quemada, que solo en Asturias se llevaron por delante 27.000 hectáreas de monte en 1600 incendios provocados intencionadamente, algunos en lugares de incalculable valor ecológico. El cambio legislativo que eliminó la figura de los acotamientos al pastoreo, aprobado por prácticamente todos los partidos con representación parlamentaria en Asturias (PP, PSOE, IU, Ciudadanos y Foro Asturias) lo que unido a la práctica desintegración de la Brigada de Investigación de Incendios Forestales (BRIPAS) dio alas a los incendiarios, que vieron como quemar el monte no solo salía barato sino que tenía premio. Tampoco fue 2017 un buen año para el lobo, cada vez más acosado y perseguido, y más aún después de la aprobación del nuevo plan del lobo que permite a los cazadores matarlos a pesar de no ser una especie cinegética en Asturias.
La imagen del "Paraíso Natural" que siguen tratando de vendernos en anuncios y publireportajes cada vez está más pervertida y carente de sentido, diluida entre miles de hectáreas de eucaliptales, entre valores insoportables de contaminación ambiental, incendios provocados y entre cabezas cabezas de lobos colgadas de las señales y delincuentes que quedan impunes. Pero como siempre que acaba un año, también hay que acordarse de lo bueno, porque a pesar de todo, nuestra naturaleza sigue ahí, aguantando y mostrándonos cada día que merece la pena esforzarse en de conservarla.
Y como quiero despedir el año de una manera positiva, os dejo este vídeo de 5 minutos de duración que es un resumen de las historias que han llenado estos 12 meses de Naturaleza Cantábrica, en los que ha habido de todo un poco y en los que he cumplido algunos sueños que llevaba persiguiendo desde que era un niño, como ver las orcas que me daban esquinazo desde hace años y verlas a placer.
Y también fue 2017 el año en el que Naturaleza Cantábrica saltó a la radio, con la sección La Luciérnaga, que se enciende todos los miércoles en directo a las 21:45 dentro del programa Noche tras Noche de la RTPA. En este enlace podéis escuchar los podcast del programa.
A todos los que seguís este blog, tanto aquí como en las redes sociales, os deseo lo mejor para 2018 y espero que sigáis disfrutando de la naturaleza y luchando por conservarla.
NOTA: para ver el vídeo en pantalla completa, haced clic en las cuatro flechitas que aparecen en la barra inferior.