Revista Cultura y Ocio
(Resonancias). Vidas extrañas, porque son las nuestras. Diría que Alberto Cortez pertenece a otra realidad, sin duda otro tiempo. Se me hizo ayer difícil creer, asumir como algo actual, la noticia de su muerte. Casi tan extraño como descubrir, de pronto, que aún estaba vivo. Siempre oí en sus canciones, que hace mucho que no escucho, la voz inconfundible de la lengua de Martín Fierro. Puede que sea el primer “cantautor” del que tengo memoria, el que inauguró esa palabra. Quizás junto a Cafrune. Y extrañamente asociado —ya me gustaría saber por qué— a la imagen de aquel jovencillo “cantante melódico” español del que ya nadie se acuerda y que se llamaba simplemente Valen. Descanse en paz.