Se va “un presidente que nos sacó de la crisis” dicen unos, “un presidente desastroso para España” dicen otros. Las personas empiezan a escribir por los grupos de whatsapp, unos felices porque se va, otros tristes. Sin embargo yo solo veo división, una división provocada por la idea creada por los partidos de que nuestra situación depende y es provocada por los políticos. Como si ellos fueran a resolver la situación o llevarnos a la desgracia, cuando en verdad no existe diferencia. Unos usan el estado a su favor, otros piden más estado para usar ese poder como quieren.
En cierto modo me siento triste, y no porque me guste Rajoy, o apoye las políticas del PP. Estoy triste porque la población no parece entender que no notarán la diferencia entre un partido y otro, pero a la vez son capaces de insultar porque uno vota a uno o a otro partido. Las personas somos capaces de matarnos por una simple idea, aunque en verdad no represente nada, simplemente porque creemos en ella.
No tengo fe en que la población se de cuenta de la mentira, de que el político lucha por sus ideas y no por los nuestros, de que solo nosotros podemos luchar por nuestra vida. No existe la fé porque la historia demuestra que la sociedad siempre se ha dejado arrastrar por ideas que no son suyas, que les han dicho y que discuten entre ellas sin tan siquiera tratar de entender o comprender la opinión contraria.
Izquierda y derecha, ambos son colectivistas y ambos creen en un estado más fuerte. Esa idea en la que coinciden es la idea más importante y donde se ve que no existe diferencia entre ambos. Sin embargo, se critican porque cada uno quiere usar todo ese poder a su favor y como ellos consideran que es mejor.
Acaba de ocurrir un cambio, pero un cambio de máscara, porque todo sigue igual y nada va a mejor. Sin embargo, entiendo a ambas partes, así que doy mi pésame a unos y mis felicitaciones a otros.
A todo aquel que lea el artículo le invito a escribir su opinión. Yo he dejado la mía.