Existen personas propensas a sufrir dolor de cabeza, y a buen seguro sabrán lo incómodo y doloroso de la situación.
La próxima vez que llegues a este sensible estado, prueba con alguno de los siguientes trucos:
1. Sumerge los pies en un recipiente con agua muy caliente, prácticamente lo máximo que puedas soportar (tampoco te pases). Deja pasar 5 minutos y reemplaza el agua caliente por agua fría de forma gradual. Notarás como tu cabeza se va despejando.
2. Recuéstate en algún lugar silencioso y aislado, a salvo de molestos factores externos como luz intensa o ruidos. Pocas cosas hay más desagradables que fuertes ruidos o situaciones estresantes cuando se padece un fuerte dolor de cabeza.
3. Aprieta con tu dedo índice y el pulgar en el puente de la nariz, justo encima de los orificios nasales.
4. Aplica un trapo o compresa empapada con un poco de agua tibia en la frente, pasando la compresa de una sien a otra. En determinados casos también suele funcionar empapando el trapo con alcohol en lugar de agua. En ese caso, probaremos también a frotar nuestras muñecas con esa solución etílica.
5. Si se da el caso que aún te duele la cabeza a la hora de irte a la cama, esparce dentro de la almohada unas pocas ramas de lavanda que te ayudarán a conciliar el sueño y reducirán el dolor por su suave acción sedante.
6. Si tienes a algún conocido cerca, puedes pedirle que te masajee la zona del cuello y los pies, preferentemente con algún aceite relajante que ayudará a calmar la tensión muscular y a bajar el dolor producido por las cefaleas.
Todas estas soluciones expuestas funcionan muy bien para dolores de cabeza ocasionales (que son los más corrientes) y que no revisten peligrosidad. Si además del típico dolor sufres de vómitos, fiebre, zumbidos en los oídos, hormigueos o bien el dolor es más fuerte y duradero de lo normal, consulta a tu médico de confianza.