Revista Educación

Adiós al pañal nocturno con 4 años

Por Noelia-Golosi @ElBlogDeGolosi

Adiós al pañal nocturno con 4 años

Dos o tres meses después de que Miss cumpliera los dos años empezamos con la temida y a la vez ansiada operación pañal. Y no sé si debido a que ahora lo veo con distancia y con lagunas en mi memoria, pero no lo recuerdo como algo traumático. Bueno, esto a partir del segundo día, porque el primero se hizo pis encima como unas ocho o nueve veces, o diez o veinte, que creo que nunca había meado tantas veces en un día. "Y cómo puede ser? pero si Miss camina bien, habla casi perfecto, lleva meses pidiendo el orinal..." - todo esto me pasaba por la mente en cada pis que caía al suelo durante ese día y me hacía dudar de las teorías de expertos y revistas que tanto había leído. En un solo día ya pensé que esto de retirar el pañal, aun con lo avispada y madura que ha sido siempre Miss y con lo fácil que parecía en un principio, no iba a serlo tanto. Pero falsa alarma, Miss superó el trauma inicial y a partir del segundo día la cosa fue de bien a perfecto.
Adiós al pañal nocturno con 4 años
Creo que desde el primer momento eliminamos también el pañal de la siesta, salvo alguna temporada en la guarde, que tras levantarse varios días seguidos mojada se lo volvieron a poner, aunque fue algo puntual debido, según las educadoras, al frío.
El pañal de la noche no tuvimos narices a quitarlo. Ni indicios de que fuese eso lo que había que hacer. Sí he pensado después que quizá no habría ido mal; los primeros días o se despertaba seca o con poco pipí en el pañal, sin embargo conforme ha ido pasando el tiempo los pañales han ido cada vez a más: más líquido, más peso, más pijamas mojados...
El año pasado por estas fechas, poco antes de que naciera Míster y con la llegada del buen tiempo, decidimos que había llegado la hora de decir adiós al pañal nocturno, porque con la llegada del hermanito y más tarde del frío, como que sería más difícil. Probamos levantándola a mitad de la noche, lo que los primeros días - o mejor dicho noches - funcionó, pero al cabo de unas semanas empezamos a encontrarla ya mojada, con el consiguiente cambio de pijama, de cama y hasta de sueño. Claro, tras nacer Míster la levantábamos cuando él se despertaba para comer, así que cuando él empezó a alargar las tomas y, por tanto, a dormir más horas seguidas, fue cuando o la levantábamos ya mojada o se despertaba ella recién meada. Y esto cuando por fin empiezas a tener más de tres o cuatro horas para dormir del tirón, pues como que se hace más duro, lo que hizo que desistiéramos en el intento y lo dejáramos para cuando estuviera más preparada.
Y según he leído ciento cuarenta y nueve mil veces, sabremos que los niños están preparados para dejar el pañal de la noche cuando durante dos semanas seguidas se levanten con él seco. Y esto cuándo llega? Porque como teoría está muy bien, y como práctica para algunos imagino que también, pero mi realidad es otra. Miss se hacía pis incluso antes de dormirse, porque llevaba el pañal, se relajaba y tenía interiorizado que con el pañal es lo que tocaba hacer. Daba igual que le dijéramos que si tenía ganas de mear nos avisara, en cualquier momento; ella nos decía que sí pero acto seguido, sonrisa pícara en los labios, susurraba un "he hecho pipí".
Estaba claro que no podíamos esperar encontrarnos con el pañal seco por las mañanas, así que este invierno tomamos la determinación de que esperaríamos al buen tiempo - por resfriados y lavadoras - para quitárselo definitivamente, o intentarlo. Cuando empezamos el último paquete de pañales le dijimos a Miss que cuando se acabaran ya no se compraban más y que tendría que dormir sin pañal. Antes de acabarlo ya nos lo estaba recordando, eso sí, no accedió a dormir sin pañal mientras aun quedara uno que ponerle. El último lo utilizamos el viernes 25 de mayo, así que lleva diez noches sin pañal para dormir.
Que cómo ha ido? Pues las dos primeras noches se despertó meada, llorando y con un "creo que lo de quitarme el pañal no ha sido nada de buena idea" que me llegó al alma. A ver, no la levantamos para que hiciera pipí esas noches porque la lógica nos decía que de lo que se trataba era de que fuera capaz de aguantar toda la noche sin orinar o de, al menos, ser consciente y pedirlo; tenía que ser autónoma. La práctica, la experiencia y su maestra nos han indicado algo distinto. Precisamente el lunes tenía reunión con su maestra y se lo comenté, por si podía orientarme. Me dijo que lo único que se le ocurría era, además de evitar o disminuir el líquido que tomaba durante la cena o antes de dormir, que la levantáramos nosotros para llevarla al wc. El motivo: que cogiera seguridad y no se desilusionara. Y es que ese era exactamente el problema; ya nos lo había indicado la niña con su frasecita la noche anterior y también por la tarde con gesto compungido al responderle que los pañales que habíamos comprado eran para Míster.
Así que, totalmente decididos, nos marcamos - o más bien marqué - unas pautas, todo pensando en que ella cogiera confianza e ilusión al levantarse seca por las mañanas, a pesar de lo cansado que puede resultar para nosotros:
- Fase 1. Empezar levantándola dos veces, una antes de acostarnos nosotros, que viene siendo alrededor de la 1:00, y otra a las 4:30, con ayuda del despertador. Tras unos días levantándola siempre seca, pasar a la siguiente fase.
- Fase 2. Levantarla y llevarla al wc sólo antes de acostarnos nosotros.
- Fase 3. Finalmente y si sigue bien la cosa, dejar de levantarla sin pedirlo ella.
Adiós al pañal nocturno con 4 años
Tras sólo diez días sin pañal, de los cuales ocho con este "plan" de confianza, ya estamos en la fase 2 y la cosa marcha bien. Incluso una noche que se acostó a las once no hizo pipí hasta que se despertó al día siguiente a las 8 ó las 9. Si todo sigue así, posiblemente este fin de semana nos lancemos a no levantarla, es decir, hará pipí antes de acostarse - que cuando no hay cole suele ser más tarde de lo normal - y, si va bien, volverá a hacer cuando se despierte por la mañana. Para cuando vuelva a mojar la cama espero que haya adquirido la suficiente confianza y seguridad como para no desanimarse y no darle más importancia de la que tiene. Sus padres seguiremos animándola y felicitándole cada mañana.
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