Revista Fotografía
Entre la fulgurante ascensión de su bestia negra, el posible
desmarque de Gallardón, la probable neutralización de Esperanza
Aguirre, el próximo desmantelamiento de sus teorías conspirativas
y la imperiosa necesidad de ser más animal que los burros de
Intereconomía, al muñeco diabólico le están apareciendo pústulas
en la lengua, por las que segrega ácido hídrico.
Emanaciones sulfurosas que, tras ser analizadas por sus
abogados para detectar materia querellable , se transforman en
ondas radiofónicas que inflaman el ardor de los ancianos que le
escuchan (si el anunciante estrella de Intereconomía es Revidox,
entre los suyos están Revital, Dememory y Calzados Pradillo).
Esta misma mañana, no contento con seguir metiéndole el
plumero en el ojo a quien bautizó como Maricon-plejines, ha
insultado groseramente al Vicepresidente Primero del Gobierno
("Rubalcaba: si te das la vuelta te la clava") y, como quien no
quiere la cosa, ha puesto de guarra a Leire Pajín ("La Ministra
de Sanidad debería dimitir por razones de higiene).
Sorteando la tarjeta roja con regates semánticos, el eminente
filólogo se ha adentrado en el área de la Casa Blanca y, a propósito
de la política económica de la Reserva Federal, le ha lanzado a
Obama ("El Zapetero de Hawai") una tarascada propia del
Ku Klux Klan en una noche de verano:
"Nuestros Padres de Salamanca consideraban lícito el magnicidio
en ciertos casos".
Se puede ser más perverso, pero entonces aumentan las
probabilidades de que te pillen vistiendo un corsé.